Escribo este artículo tras unos días de infarto en el litoral mediterráneo como consecuencia de las lluvias torrenciales, que en algunos sitios del norte de Alicante y sur de Valencia han dejado 400 l/m2. Una situación excepcional para comienzos del mes de septiembre. Por desgracia, el temporal nos deja 4 víctimas mortales y la crecida del Segura a su paso por la Vega Baja. Y sin embargo, por la intensidad y los acumulados de precipitación, podría haber sido mucho peor. No voy a hablar de los datos extraordinarios que se han registrado en las últimas horas, es algo que cualquiera puede hacer. Quiero aprovechar este artículo para agradecer la gran labor de AEMET y de sus centros territoriales. El de meteorólogo es uno de los trabajos más desagradecidos que existen porque sólo se acuerdan de uno cuando falla, algo que sucede en pocas ocasiones. Sin olvidar que mucha gente no sabe interpretar bien algunos avisos o las previsiones probabilísticas, algo en lo que debemos de mejorar. Al margen de esto, de no ser por los avisos de AEMET estaríamos hablando de más víctimas mortales. Y un aviso rojo no es cualquier cosa, con todo lo que se moviliza por detrás. Tenemos la suerte de poder tener un fantástico servicio meteorológico en nuestro país, criticado injustamente en muchas ocasiones. A veces el problema no son las personas, sino de los medios de los que se disponen. También hay que agradecer a todos los servicios de emergencias, bomberos, Policía y voluntarios por el enorme trabajo de los últimos días. Nuestra Protección Civil es una de las mejores del mundo. De no ser por todas estas personas, cuyo mérito pasa desapercibido en muchas ocasiones, podría haber sido mucho peor. Por ello, muchas gracias por todo lo que habéis hecho por nosotros en esta situación de lluvias torrenciales, y también cada vez que la cosa se ha puesto fea. No podremos presumir de otras cosas en el extranjero, peor de esto sí.