Domingo: Kikazaru

Los tres monos sabios de la cultura oriental se basan en un antiquísimo proverbio -No veas lo malvado, no escuches lo malvado, no digas con maldad- inspirado a su vez en la palabra de Confucio. Kikazaru es el macaco que se tapa los oídos. Los niños son sencillos, primarios, intuitivos. Chayo da un concierto en Chipiona. Es un homenaje a la más grande. En primera fila se sienta, más feliz que una perdiz, Rosa. Hay una niña aupada en hombros de un padre. Chayo se arranca, toda emoción, ojos entornados, a pleno pulmón. La niña se lleva las manos a los oídos. Si uno quiere sacar punta, la saca. Pero los niños tienden a exagerar los gestos. La niña también podría ser budista. Son las Fiestas de la Virgen de Regla. Pero Rosa es cristiana y devota y en su momento de transmutación se entregó sin ambages a Buda y la meditación zen. En cualquier caso, la niña, al revés de lo que piensan algunos, quizá está del lado de Chayo. Y lanza, como ella, pero con las manitas en las orejas, el mensaje de Kikazaru. No escuches a los maledicentes. A esos que dicen que no cantas, que no vendes, que hay quien se cubre los oídos cuando entonas. Om.

Lunes : Cayetanos

España es más de borjas. Pero de cayetanos tampoco anda mal. Toreros, nobles, pijos a decir de la canción. El cayetanismo es una actitud. La tienes o no la tienes. En España, apenas hay unos 7.500. Y todavía son muchos. Es un nombre como muy de pocos. Un nombre que te llena la boca. Y la tarjeta de visita. Para ser un cayetano hay que ser muy cayetano. Como Cayetano. Reúne todas las características que una le pondría a un cayetano. Los caballos, los polos, los mocasines, los suéters (hay que decir suéter), el corte de pelo, la mano en el bolsillo, la cuna. Cayetano lucha contra su propio cayetanismo. Porque se ha quedado un poco outsider de la Casa. Cuando un cayetano dice casa, dice Casa. No casa. Saga, escudo, palacios, títulos, historia, drama, trauma, todo eso. Cayetano quiere sacudirse el polvo de las alfombras. Ser menos cayetano. Pero no le sale. O le sale poco.

Martes: Renacimiento

La baronesa recibe en la villa. O a bordo. Se hace acompañar de las niñas. Las niñas reciben una educación renacentista. Así la describe la baronesa. No porque no van al cole y se educan en casa, digo en la villa, con tutores o van a clase hoy en Suiza, mañana en España y pasado en Andorra y por eso son universales, o sea, renacentistas. Renacentistas porque cultivan la música, la pintura, la danza y las artes en general. Quiere ella que las niñas sean como el barón, así de polímatas. El mayor tiende más a monómata, esto es, anda más centrado en lo suyo, sus tatoos, su prole, su herencia, sus problemillas fiscales. Más siglo XXI.ç

Miércoles : El balón

Cada uno tiene sus motivos. Sus razones. Sus objetivos. No en la vida. En la vida en directo. Cada cual hace las dietas como le viene en gana. Dietas hay tantas como gustos, o colores. Mila, para concursar en GHVIP, va y se pone un balón gástrico. Una piensa que para pasar hambre se va a una isla. Pero los realities, sobre todo desde que Isabel Pantoja se plantó en uno y se comió una lata de chóped, no son ciencias exactas. Por ejemplo, su retoña, Chabelita, regresé de la supervivencia tan lozana como había ido: 100 gramos menos en 81 días. Lo mismo que Dakota. O Gloria Camila. Hasta tal punto fue un fenómeno lo de la hija de Ortega que se pusieron a investigar los dietistas. Llegaron a dos conclusiones: una, obvia, que la niña se pasaba el día tumbada al sol y dos, delirante, que no tocaba el agua fría. Ya se sabe que el agua fría encoge. El caso es que Mila se ha puesto un balón gástrico, como Kiko. O Víctor Sandoval, que se lo pone todo. Para tener algo que hacer durante el encierro. Un objetivo, más allá del maletín. Carmen Borrego también lo tenía. Pero la victoria se le fue por culpa del tartazo y la pérdida de peso, por el robo de la báscula. Como se le iba a la miss la salud toda. Por la trastienda.

Jueves: El pijama

Es un pijama de estilo masculino, a rayas. Un clásico. De los que llevaba Doris Day. Es, al tiempo, un símbolo de ruptura. Una de esas prendas olvidadas en el fondo de un cajón o de un armario cuando una pareja se dice adiós. El pijama, antaño una prenda de naturaleza privada y por lo general nocturna, es público, sin embargo, porque cuando quien viste es personaje famoso no hay intimidad ni nocturnidad que valgan. Así conocimos la indumentaria de dormir de Belén y tantos otros. Es también una vuelta al pasado. Como cuando reyes y aristócratas recibían en el lecho. El pijama de Gloria Camila lo exhibe ahora, en público, Sofía. Es la nueva novia de su exnovio. Está feo eso, le dicen. Y ella, como si nada. Se atusa la melena. Dice que ella no usa. Y que no tenía nada mejor a mano. Para recibir en la alcoba. Sin intención.

Viernes: La leña

Originariamente «Del árbol caído, todos hacen leña» -lo conocerán por la locución actual «Hacer leña del árbol caído»- es dicho metafórico. Pero también literal. Por ejemplo, cuando el viento derriba árboles a diestro y siniestro y lo único que se puede sacar de provecho de los pobres árboles tumbados en el suelo es leña. O cuando Tita, la baronesa, no llega a tiempo de salvarlos de la piqueta. O no le pillan céntricos para encadenarse. En sentido figurado, bien se podría aplicar, lo del árbol caído y la leña, en estos momentos y de querer alguien ensañarse, a las habilidades culinarias de Anita la fantástica. Pero no hay que meter el dedo en la llaga, siguiendo con las parábolas, porque tampoco daba un paso en su sitio la princesa del pueblo y casi gana un talent de baile. Hacer leña sería cebarse, como han hecho, con el debú musical de la última, por ahora, de los Pantoja, en adentrarse en el mundo de los Pantoja. En el musical. Ha podido dar un traspiés. No es el primero. Esas plataformas...