El verano se acaba, y comienza esa época del año en la que alternas chaquetas con camisetas de manga corta. Nos encontramos a las puertas del otoño astronómico, y eso se nota día a día. Cada vez atardece antes, las noches son más frescas y duraderas, y las hojas de los árboles decoran el suelo con sus colores ocres.

Se acerca el momento en el que las horas de luz y de oscuridad se van igualando. El calor acumulado durante el día tiene más tiempo de desaparecer y las noches son cada vez más frías. La altura del Sol ya no es tan elevada, y su calor es menos intenso. Una época del año en la que los embolsamientos fríos y entradas de aire frío pueden llegar a la Península con mayor facilidad.

Lo que conocemos como equinoccio de otoño se puede dar en cuatro fechas diferentes, del 21 de septiembre al 24. Durante el siglo XXI, únicamente caerá entre los días 22 y 23 de septiembre. Según los cálculos por parte del Observatorio Astronómico Nacional, este año estrenaremos la estación otoñal el 23 de septiembre, el próximo lunes a las 9:50 am (hora peninsular española). Esta estación permanecerá con nosotros hasta el domingo 22 de diciembre, un total de 89 días y 20 horas.

El inicio del otoño es la época del año en la que la longitud de los días dura menos. A las latitudes de la Península, cada amanecer se producirá un minuto más tarde, y por la tarde el Sol desaparecerá un minuto antes. Se acaban los días largos y la época estival se va despidiendo de nosotros.

Como es habitual, durante el otoño se produce también el famoso cambio de hora, para compensar la caída de la duración del día. Para ese momento aún habrá que esperar ya que se realiza el último domingo de octubre. En estos momentos el Parlamento Europeo está debatiendo la posibilidad de eliminar el cambio de hora, pero todavía no es una decisión firme, así que por el momento habrá que esperar hasta el 2021.