Durante estos días se han celebrado en Cocentaina unas jornadas de divulgación de los parques naturales valencianos del Carrascal de la Font Roja y de la Serra de Mariola. Han sido tituladas Evolución del Paisaje: interacción de entre comunidades naturales y humanas. En estas jornadas los distintos autores nos hemos centrado en dar a conocer diversos aspectos de los que se estudian en estos dos entornos privilegiados. Los parques naturales no son, no deben ser, esos lugares estáticos e inamovibles que la gente cree. En el entorno mediterráneo buscar la pureza de lo natural, el territorio virginal por nadie tocado es una quimera y estos espacios protegidos están compuestos de múltiples actores que han actuado durante siglos. El sustrato natural (clima, relieve, hidrología, vegetación y fauna natural) no ha dejado de ser alterado por una acción milenaria de los hombres. Creer que el objetivo de preservación de estos espacios es una vuelta a un pasado anterior al hombre es un hecho absurdo. Hay que aceptar esta presencia que, en el caso que nos ocupa, ha modelado el paisaje con los cultivos aterrazados, el pastoreo y la explotación de los recursos forestales en una dinámica imparable. Las huellas de estas intervenciones se observan desde la etapa prehistórica hasta nuestros días y no siempre ha sido negativa. De hecho, muchas veces, en los últimos años, la degradación puede venir más por una subexplotación de los recursos que por la sobreexplotación de los mismos. Explicar a la gente que hace un siglo estos espacios estaban mucho más vacíos de vegetación natural que ahora y que eso no siempre es bueno, porque en estos momentos es mucho más difícil por ejemplo controlar un incendio forestal, es necesario. También puede ser difícil explicar que no es necesario hacer grandes repoblaciones forestales con lo que sea como en otros tiempos, sino generar acciones puntuales que en ocasiones pueden ser la tala de pino carrasco y la replantación con especies mejor adaptadas. Enhorabuena a los organizadores y, sobre todo, a Jordi Acosta, Pep Cantó y Miquel Vives por cuidar de este entorno y ayudarnos a la vez a comprenderlo mejor. Solo espero que la administración se dé cuenta de lo que vale su trabajo y que atienda su petición de más fondos para estas tareas de divulgación tan necesarias.