Un estudio efectuado en una ciudad del SW de Suecia, Gotemburgo, publicado en una revista científica indexada, afirma que las brisas urbanas que se producen como consecuencia del gradiente de temperatura y de presión entre el centro urbano y las afueras regulan la intensidad nocturna de la isla de calor nocturna. Así, en las primeras horas de la noche el descenso térmico es más fuerte en la periferia de la ciudad respecto al centro urbano, lo que provoca un incremento importante de la isla de calor urbana en la ciudad de Gotemburgo. En cambio en la segunda parte de la noche, 3 o 4 horas después de la puesta de sol, empieza a soplar la brisa urbana, el viento que se origina en las afueras de la ciudad, en los campos y bosques de la periferia y que llega a la ciudad, y actúa como un frente frío, desplazando el aire caliente subyacente sobre la ciudad. No lo desplaza del todo, ya que la isla de calor urbana no es negativa en las noches, sobre todo en las noches estables, con cielo despejado, en el que se desarrolla esta circulación de vientos. De todos modos se observa un descenso de la intensidad de la isla de calor urbana, la diferencia térmica urbano-rural en la salida del sol y últimas horas de la noche es más débil que en torno a las 3-4 horas después de la puesta de sol.