En los últimos días está siendo noticia la situación meteorológica, con temperaturas muy bajas, fuertes viento, temporal marítimo y nevadas muy significativas para la época en algunas regiones españolas. De hecho, ahora mismo no recuerdo si alguna vez se había activado un aviso rojo por nevadas a mediados de noviembre, lo que da idea la excepcionalidad de este episodio de bajas temperaturas más típico de invierno. Ahora bien, en los medios nacionales todo lo que pasa en Madrid y Navacerrada se aplica al resto de España. Parece que en todo el país esté nevando o lloviendo, cuando la realidad es muy distinta. La sequía sigue siendo muy preocupante en puntos del interior y del suroeste peninsular, ya que las precipitaciones con advecciones del noroeste se quedan ancladas a barlovento del Sistema Central. En el litoral sureste, de lluvia poca o nada, pero de viento estamos bien servidos.

No se puede generalizar en un territorio geográficamente tan complejo como lo es el nuestro: es habitual que en algunas zonas se inunden mientras que en otras la sequía se agrava, o que algunos nos estemos asando y otros no ven el sol en semanas. Gracias a una serie de particulares, podemos disfrutar de la gran variedad de climas y paisajes que podemos encontrar en nuestro país. Además, estos episodios de lluvias intensas y sequías y de olas de frío y de calor están tendiendo a extremarse y a aparecer en más épocas como consecuencia del cambio climático.

De momento, parece que en los próximos días girará el viento a poniente o suroeste (los famosos y deseados ábregos), por lo que las lluvias tenderán a hacerse más abundantes y generales en las zonas en las que no ha llovido en los últimos meses. Aunque como bien sabemos los de aquí, en el Mediterráneo pocas alegrías tenemos si sopla el poniente.