Estamos en la recta final de año y en este ambiente navideño, repleto de luces, espumillón y mercadeo, no pueden faltar los ránquines. Por ahí verán los mejores gazapos o las citas más sublimes, aquí vamos a hablar de datos meteorológicos, concretamente del viento. El tema nos viene de perlas en este día desapacible, en el que echarán de menos una toma de tierra para no salir volando, sobre todo en las comarcas del interior. Estamos teniendo una jornada bastante adversa, parecida a la que vivimos en el inicio del mes de febrero, cuando una borrasca desde el Golfo de León desató un tremendo vendaval. Hasta hoy, el más potente del año.

En aquellos días, muchos observatorios de la Asociación Valenciana de Meteorología (AVAMET) registraron ráfagas superiores a los cien kilómetros por hora. Algunos anemómetros, incluso, llegaron a mostrar rachas de hasta 140 km/h, equivalentes a un huracán de categoría 1 -no es muy ortodoxo, pero así se hacen una idea-. Tras darme un garbeo por los datos históricos de la AVAMET, he montado un podio cuyo tercer escalón es ocupado por la localidad castellonense de Xodos. Este pequeño pueblo del Alcalatén, ubicado ligeramente por encima de los 1.000 metros sobre el nivel del mar, el 3 de febrero registró una racha de viento máxima de 138 km/h. El núcleo urbano de Xodos está sobre una enorme roca, que traza vertiginosos acantilados a los pies del Penyagolosa. Tal fisionomía prominente, de vez en cuando expone a sus vecinos al fuerte viento del norte y noroeste.

La medalla de plata corresponde a la Serra d'en Galceran, un municipio también castellonense, en este caso de la Plana Alta, que en ese mismo episodio experimentó una ráfaga de 140 km/h. Además de la mencionada borrasca, de nuevo su localización en un altiplano contribuyó a que su observatorio registrara el segundo golpe de viento más intenso del año.

Y por último, en lo más alto de la clasificación está la Font de la Figuera. Un clásico cuando Eolo aprieta. Este pueblo valenciano, perteneciente a la comarca de La Costera, se extiende por la cabecera del valle de Montesa, al oeste de la Serra Grossa, en una zona algo intrincada donde en ocasiones el viento acelera de forma extraordinaria. El día 2 de febrero el observatorio ubicado en el Parc Solar mostró una racha máxima de 142 km/h. Por allí transcurren carreteras muy transitadas, muchas veces por vehículos de gran tonelaje que no soportan los golpetazos del vendaval. Este día el viento tumbó dos camiones frigoríficos y uno de los conductores falleció. Precaución en las próximas horas.