Les confieso que hay un aspecto del clima terrestre, directamente relacionado con el proceso actual de calentamiento térmico del planeta, que me preocupa mucho en los últimos años. Les diría que me lleva a obsesionar porque es la clave de lo que está pasando. El Balance Energético del Planeta es el mecanismo que explica la distribución de climas de nuestro planeta y la propia evolución del clima terrestre a lo largo de la historia. No obstante, su medición es reciente, en términos de análisis climático, porque apenas tenemos series para analizar su comportamiento desde mediados del pasado siglo y muy especialmente a partir de los años ochenta, con la incorporación progresiva de satélites especializados en la medición de la radiación solar y terrestre. Pues bien, este balance mide la diferencia entre la radiación que llega del Sol a la Tierra, a una distancia establecida y la radiación que se refleja (albedo) o que directamente emite la superficie terrestre (tierra y océanos) y la propia atmósfera terrestre y que se dirige hacia el espacio exterior. En teoría, ese balance tiene que ser nulo para que el clima terrestre no experimente cambios en su temperatura. Pero no siempre ha sido así, y por eso nuestro planeta ha tenido períodos fríos y cálidos a lo largo de su historia. Lo que ocurre ahora es un poco singular, porque ese balance se ve alterado por causas no naturales, como sabemos. El resultado es que existe en la actualidad un desfase, que diferentes estudios establecen en torno a 1 vatio por metro cuadrado. Es decir, que la radiación que sale desde la Tierra y la atmósfera terrestre al espacio exterior se ha reducido en ese valor, por término medio. Así lo muestra un reciente artículo publicado en la revista International Journal of Digital Earth, donde se señala, como hecho preocupante, el descenso que experimenta el albedo terrestre en los últimos años por la pérdida de masas de hielo y el incremento de la radiación que emite la superficie terrestre por el incremento de temperatura que se está registrando en las últimas décadas. Esto es realmente lo más importante del proceso actual de cambio climático por efecto invernadero de causa antrópica.