Oceana ha presentado un informe en el que revela que aumentar en un 10% el volumen de refrescos y agua vendidos en botellas retornables (en lugar de PET de un solo uso) haría que cada año llegaran al mar entre 4.500 y 7.600 millones de botellas menos, lo que supone una reducción del 22%. El estudio, titulado «Una sola palabra: retornables» y presentado ante inversores en la sede central del HSBC, estima que anualmente llegan al mar entre 20.000 y 34.000 millones de botellas de PET producidas y vendidas por el sector de refrescos.

«Las empesas de bebidas son grandes contaminadores del océano. Fabrican miles de millones de botellas de plástico al año que terminan en el mar, donde se quedan para siempre», afirma Andy Sharpless, CEO de Oceana. «Deben asumir su responsabilidad y comprometerse a producir menos plástico y menos basura».

Los retornables son botellas que las empresas venden a los clientes y luego son devueltas, lavadas, rellenadas y vendidas de nuevo. Los clientes las devuelven porque pagan un depósito que se les reintegra al retornar el casco. Fabricadas con PET o vidrio, las botellas se usan entre 20 y 50 veces, respectivamente. Hasta hace poco, los sistemas de retornables eran el modo principal en que las compañías de bebidas comercializaban refrescos en todo el mundo.

El informe recoge estudios según los cuales las botellas retornables tienen menor huella de carbono que las botellas de plástico de usar y tirar, de acuerdo a recientes análisis del ciclo de vida realizados en Alemania y Chile. El Dr. Henning Wilts, del Instituto Wuppertal, escribe que en «el caso específico de las botellas retornables de PET en comparación con las botellas de un solo uso, estos análisis [de ciclo de vida] han hallado que los envases retornables ahorran hasta un 40% de materias primas y un 50% de emisiones de gases de efecto invernadero».