El viernes, José Miguel Viñas, meteorólogo de nuestro Departamento de Meteorología, en Meteored, planteó si había una relación casual o causal entre todos los fenómenos meteorológicos extremos que se están produciendo casi de forma simultánea en el mundo. Estos días la isla de Marambio, junto a la península antártica, ha registrado una temperatura máxima de 20 ºC; ha nevado en la ciudad de Bagdad, algo que es bastante insólito; y recientemente, el índice de la Oscilación Ártica mostró un valor sin parangón en la serie histórica. Esto último, así en frío, puede decirles bien poco. La cuestión es que alcanzó un nivel positivo jamás visto, que evidencia que el aire frío se ha confinado en latitudes altas -como nunca hemos cuantificado-, llevando hasta allí las borrascas, mientras que en las medias reina la estabilidad y el ambiente primaveral. Ahí entra nuestro país. Resultado de esto, hace unos días se gestó el ciclón Ciara y armó la marimorena en las Islas Británicas. Ahora está en marcha la superborrasca Dennis que va a agravar los efectos de su predecesora, allí mismo.

Fíjense que antes de la enumeración he hablado de fenómenos meteorológicos, que como tal no se deberían hilvanar con el clima, ni por tanto asociar con el actual cambio climático salvo que se convirtieran en una constante a lo largo de varias décadas. Esto a nivel conceptual. Sin embargo, el recrudecimiento de los envites de aire cálido, en ocasiones también frío, de las borrascas y de otros muchos fenómenos es tan evidente que casi no se pueden disociar. En el debate que abrió Viñas, la mayor parte de las opiniones apoyaron la causalidad. El calentamiento global está fuera de debate y necesariamente debe estar pasando factura. En esta sucesión vertiginosa de datos extremos, como decía, ha irrumpido Dennis.

Desde hace días el servicio meteorológico británico, la Met Office, ha venido advirtiendo de las amenazas que iba a suponer este nuevo ciclón, salido de una ciclogénesis explosiva al cuadrado. No estoy hurgando en el sensacionalismo, es que se ha profundizado más de 50 milibares (mbar) en 24 horas, mientras que la formación de una borrasca se supone "explosiva" cuando desciende en ese lapso 24 mbar o submúltiplos. Por eso se están produciendo rachas de viento tan intensas y olas superiores a los 10 metros, además de las lluvias fuertes, que han llegado avaladas por una masa de aire tropical rebañada por Dennis desde el Golfo de México. Echen un vistazo a las noticias por curiosidad, mientras escribo estas últimas líneas Dennis podría estar batiendo el récord de baja presión en el Atlántico Norte. Otro más para la colección.