Una quincena de cofrades del Cristo de los Navegantes se ha "hartado de la prohibición del presidente de hablar o wasapear en catalán en la cofradía", por lo que remitirán una queja ante el Obispado, el Govern balear, la UIB y la asociación de cofradías de Semana Santa de Palma, tal como denunció ayer un portavoz de los afectados. Explicó que el veto y los "discursos extremos" contra el catalán "se producen desde que asumió el cargo hace seis años", aunque la gota que ha colmado el vaso es que la Diócesis les ha enviado el proyecto de los nuevos estatutos de las cofradías solo en catalán y "lo ha criticado ferozmente".

El presidente de esta cofradía, Toni Marí, negó las acusaciones. "Yo no prohíbo a nadie que hable mallorquín, no catalán, ya que no es nuestro idioma. Yo me dirijo a ellos en español porque en mis tiempos se hablaba en español, pero yo soy de aquí y lo entiendo perfectamente", afirmó. Lo que le parece mal es que el Obispado haya enviado los estatutos solo en una de las dos lenguas oficiales de la comunidad autónoma y que los denunciantes "utilicen cauces no reglamentarios para expresar sus críticas a la cofradía en lugar de hablarlo en la asamblea".

Desde la Diócesis de Mallorca detallaron que los estatutos serán publicados en ambos idiomas y que el documento remitido "era un avance para su estudio, no el definitivo, y se redactó en las dos lenguas, pero tal vez no llegó a esa cofradía en castellano". En cuanto a la denuncia de la quincena de penitentes, consideran que el problema "debe ser solventado entre ellos, aunque teniendo bien presente que en Balears existen dos lenguas oficiales".

Bajas de cofrades

El Cristo de los Navegantes, que data de 1929 y tiene su sede en la iglesia de Sant Magí, cuenta con más de un centenar de miembros, pero "en los últimos años se han dado de baja algunos debido a la actitud de su presidente", según lamentó uno de los denunciantes. "Nosotros no queremos irnos, ya que tenemos un vínculo histórico y un gran aprecio la cofradía que no se debería perder. Lo único que pedimos es que se respete la cooficialidad de ambos idiomas", concluyó.

La hermandad nació hace 91 años impulsada por el sacerdote Antoni Marimón y bajo el manto de la parroquia de la Inmaculada Concepció, que en sus inicios se nutrió principalmente de jóvenes del barrio de Santa Catalina, que entonces era lugar de residencia de marineros y pescadores.