A pesar de que denominamos «Tierra» al planeta que habitamos en torno al 70% de su superficie está formada por agua. Los mares y océanos no solo son una fuente de recursos y energía fundamentales para nuestra supervivencia, son también el hogar de millones de especies animales y naturales que contribuyen al bienestar de la Tierra. Durante los últimos 50 años la influencia del ser humano sobre los océanos ha sido extremadamente peligrosa. No solo por la contaminación y la cantidad de residuos que expulsamos a los mismos, si no por otros tantos factores que están reduciendo de forma ostensible la vida y el bienestar que albergan los mismos. A pesar de ello parece haber una solución.

Investigadores de 16 universidades, junto con el instituto tecnológico de Massachusetts, han publicado un estudio en el que se desglosa que, de modificar a tiempo nuestro comportamiento para con los mares, podrían verse recuperados hacia el año 2050. Para ello bastaría con modificar nuestros actuales hábitos de contaminación, preservar y proteger a la fauna marina y alcanzar una conciencia común sobre la importancia de cuidar los océanos. Todos y cada uno de nosotros poseemos una enorme responsabilidad individual y conjunta como sociedad para ello. De esto dependerá, en gran medida, que las futuras generaciones puedan disfrutar como nosotros de los secretos y maravillas que hay en los mares o dejarles un nefasto futuro. Estamos a tiempo de conseguirlo.