Ante la situación de crisis que estamos viviendo por el Covid-19, la actividad sanitaria se ha visto afectada, destinando la mayoría de los recursos a paliar la pandemia y reduciendo o retrasando significativamente consultas y programas de detección precoz, entre otros, para evitar poner en riesgo a los pacientes. Sin embargo, estas medidas pueden estar impactando de forma importante en el tratamiento de los procesos oncológicos de nuestros pacientes.

A pesar de que no hay datos concluyentes sobre el comportamiento del coronavirus en pacientes con cáncer, éstos deben extremar las medidas de higiene y prevención para evitar sufrir complicaciones. Situación compleja que preocupa tanto a pacientes como a profesionales. En el contexto actual provocado por la crisis del COVID-19, nuestra mayor prioridad es seguir cuidando de los pacientes con cáncer, garantizando el acceso a tratamientos seguros y eficaces con el mínimo riesgo de contagio posible frente al virus y el mejor pronóstico de su enfermedad. Es importante analizar cada caso sopesando los riesgos y potenciales beneficios esperados de la administración del tratamiento oncológico. En los casos en los que las demoras de unas semanas no supongan un riesgo, se podría retrasar el tratamiento, y en los urgentes en los que un retraso pudiera impactar de manera negativa en su pronóstico, será necesario iniciarlos o continuarlos, o incluso valorar tratamientos alternativos como puede ser la radioterapia. Por supuesto siempre con todas las medidas de seguridad requeridas.

En este sentido, la crisis del coronavirus ha llevado a los centros oncológicos a implementar medidas de seguridad específicas, como la distancia interpersonal y la reducción del número de personas por sala de espera, la restricción de acompañantes por paciente, la atención telefónica o por videollamada siempre que sea posible y medidas de higiene extrema para garantizar que las consultas y las zonas de tratamiento estén libres del COVID19 y sean seguras para los pacientes.

Pero cabe preguntarnos qué pasa con las personas con sospecha de tumor a las que no se les está haciendo las pruebas diagnósticas. La Sociedad Española de Oncología Médica asegura que se están estableciendo diversos protocolos que clasifican la prioridad de los distintos procedimientos, ya sean diagnósticos o terapéuticos, en los que se estima el tiempo de retraso aceptable que no se asociaría con un impacto negativo en la evolución de los pacientes. De acuerdo con estos protocolos, se intentará garantizar la realización de todo procedimiento que así lo requiera, para mantener la atención médica esencial. En este contexto, en Clínica Corachan ha puesto en marcha un circuito libre de COVID, especialmente diseñado para obtener todas las pruebas diagnósticas en la misma visita, en horarios reservados y específicos para pacientes potencialmente oncológicos. De esta forma se está minimizando el riesgo y el lógico temor generado por los pacientes en acudir a los centros hospitalarios en la forma convencional.

Dr. Joaquim Bellmunt, director asistencial de GCCC, Centro 360 de Excelencia Oncológica de GenesisCare y Clínica Corachan