El buque oceanográfico Emma Bardán del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación partió hace unos días del puerto de Santander para iniciar la campaña «Cantabria 0607_2020» destinada a la toma de fotografías y muestras para obtener datos del fondo de las aguas menos profundas, así como el estudio sísmico entre la ensenada de Oriñón, en Cantabria, y el límite con Asturias.

Esta campaña, que finalizará el próximo 3 de agosto, se complementará con los trabajos que después se desarrollarán a bordo del buque de investigación pesquera y oceanográfica Vizconde de Eza, que realizará un estudio de las aguas más profundas de las mismas zonas para el posterior tratamiento informático de los datos.

La información recopilada en esta campaña, y en otras de cartografiado, es de vital importancia para el desarrollo de los sectores pesquero, marisquero y de cultivos marinos, también para poder tomar las medidas necesarias para la ordenación y protección del medio marino. Estos datos permiten llevar a cabo acciones como elegir las zonas idóneas para delimitar espacios protegidos como las reservas marinas; realizar catastros de campos de fanerógamas como indicativo de la calidad del medio y zonas de protección de puesta y alevinaje; y conocer la dinámica sedimentaria, situación y potencia de los depósitos de gravas, arenas y fangos, de importancia en la formación y regeneración de playas. También permite predecir el comportamiento del oleaje y onda de marea con la topografía submarina; definir y delimitar hábitats marinos; e identificar las principales especies de flora y fauna asociada a los hábitats.

El enfoque ecosistémico de esta campaña, en el que se estudia no solo una especie concreta, sino esa especie en relación con todas las demás y con el medio en el que se desarrolla, se ha convertido, en el marco de la actual Política Pesquera Común, en una de las propuestas más relevantes para el medio marino. Además, el Consejo Internacional para la Explotación del Mar (ICES) lo ha puesto en valor por tratarse de «una gestión integrada y exhaustiva de las actividades humanas, basada en el mejor conocimiento científico disponible sobre el ecosistema y sus dinámicas, para identificar y actuar sobre las influencias que son críticas para la salud de los ecosistemas marinos, consiguiendo el uso sostenible de los bienes y servicios y el mantenimiento de la integridad del medio».

La información obtenida contribuye a ampliar el conocimiento social del medio marino y a obtener el apoyo en las tareas de protección y ordenación que se realiza desde las distintas administraciones.