Un proyecto que habla de "derechos humanos". Un proyecto que "suma y no resta". Un proyecto "a favor de la igualdad". Esta es la primera evaluación que realiza la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB) sobre el borrador de la ley trans que prepara el Ministerio de IgualdadMinisterio de Igualdad, un texto expresamente dirigido a un sector castigado por el estigma y la discriminación y que ha provocado tensión entre los dos partidos del Gobierno de coalición: PSOE y Unidas Podemos. Entre otros objetivos, el ministerio dirigido por Irene Montero (Unidas Podemos) quiere permitir el cambio de nombre y sexo en el registro sin necesidad de informe ni tratamiento médico a partir de los 16 años. El texto no deja de ser un primer borrador que exigirá mucho trabajo interno gubernamental. Su articulado afecta no solo a Igualdad sino también a Justicia y Sanidad.

La presidenta de FELGTB, Uge Sangil, asegura que el borrador es "asumible, riguroso y fruto de un trabajo a conciencia". La Federación espera que, a lo largo de la tramitación parlamentaria, los partidos políticos den respuesta a todas las necesidades del colectivo LGTBI. En su opinión, es un proyecto que está acorde con las normativas internacionales, tanto de la OMS como de la UE.

Mientras, varios colectivos se han sumado al manifiesto feminista por los derechos de las personas trans. "El feminismo es un proyecto que existe para ampliar las posibilidades de vida de la gente y, por lo tanto, para garantizar los derechos de todas las mujeres. No se puede usar para oponerse o para cuestionar los derechos de las personas trans, que se enfrentan cotidianamente con el estigma y la discriminación en muchos ámbitos de sus vidas, como el laboral, el sanitario y el de la vivienda", reza el manifiesto.

"Varias autonomías ya han legislado al respecto y hacía falta una normativa estatal. Una vez que esté aprobada y entre en vigor la ley permitirá que las personas trans puedan hacer algo tan fácil como cambiar su nombre y su género. Será una ley rompedora y positiva como lo fue, en su día, la legislación que permitió el divorcio y el matrimonio civil entre personas del mismo sexo. La ley trans dará cobertura legal a algo que ya pasa, y es que cada persona decida su identidad de género", destaca Ana Useros, activista feminista y firmante del manifiesto.

El borrador de Igualdad, sin embargo, también ha sido criticado por un sector del feminismo, que considera que la futura ley -tal y como está concebida- supondrá la eliminación del sexo como categoría jurídica. "Habrá consecuencias demoledoras para las mujeres", pronostica Ángeles Álvarez, exdiputada socialista y consultora en políticas públicas de igualdad, que insiste en que el sexo es una categoría biológica y no cultural. En su opinión, con la ley en la mano cualquier deportista varón puede cambiar su nombre y su género y pasar a competir en el deporte femenino, donde su físico le brindará importantes ventajas competitivas. Algo parecido puede ocurrir, continúa Álvarez, con presos varones que decidan cambiar de género para entrar en cárceles de mujeres. "No seamos simplistas, por favor", le contesta la presidenta de FELGTB, que recuerda que textos legislativos similares están vigentes en otros países donde nada de lo que pronostica Álvarez sucede.

El borrador de Igualdad, prosigue Sangil, habla abiertamente de derechos humanos. "Da respuestas a alguna de las demandas históricas del colectivo como el reconocimiento por ley de las identidades trans independientemente de la edad, sin que se sigan considerando personas enfermas, como ya decretó la OMS en 2018. También prohíbe las supuestas terapias de reconversión y fomenta la educación en diversidad e igualdad y la formación del personal sanitario". "La legislación no terminará con las discriminaciones que sufrimos a diario las personas LGTBI pero nos dará herramientas para combatirlas. Con la nueva norma no llegará la igualdad efectiva, pero si la igualdad legal", concluye.