A través del trabajo de investigación sobre los cetáceos que desarrolla la Asociación Tursiops, en colaboración con el Ayuntamiento de Sant Josep y otras administraciones y entidades, se ha comprobado "la elevada fidelización de la población de delfines en las costas de la isla de Ibiza". Además, se ha identificado un ejemplar que hace más de una década que habita en aguas ibicencas. Estas son algunas de las conclusiones preliminares del proyecto 'Es nostres dofins', en el marco del cual se han instalado un total de seis hidrófonos alrededor de Ibiza, dos de ellos en el litoral de Sant Josep.

Así, los hidrófonos captaron que a raíz del confinamiento y la reducción la navegación, la media de ruido se ha reducido en casi 3 decibelios (dB), lo que supone que la presión acústica en el litoral de Sant Josep se ha reducido a la mitad.

El delfín de la aleta marcada

También se ha descubierto una elevada fidelidad geográfica local de los delfines, que conviven en grupos y permanecen en la misma zona sin grandes desplazamientos. De hecho, el año 2020 se identificó un mismo individuo que se había identificado en 2009, un delfín con la aleta dorsal marcada que se encuentra de forma permanente en el litoral de Sant Josep desde hace 11 años como mínimo.

Otro fenómeno que se ha observado es que la presencia de embarcaciones de pesca profesional (especialmente barcas de arrastre) atrae a los delfines, que aprovechan la recogida de las redes para alimentarse actuando de manera oportunista. Incluso se sospecha que los delfines pueden identificar y reconocer las barcas individualmente por su ruido característico.

Asimismo, en la zona de es Freus este año se ha detectado que ha bajado de forma considerable el ruido, aunque se sigue registrando la distorsión significativa que representa el paso de los ferris provenientes de la península en horario nocturno, con picos de ruido a las 3 de la madrugada.

El despliegue de los hidrófonos se planteó en el marco de la colaboración con Tursiops iniciada en 2017, con el objetivo de estudiar el ruido submarino tanto de origen ambiental como humano y también la presencia de cetáceos, principalmente de delfín mular, en las aguas ibicencas. Los primeros tres hidrófonos se instalaron en enero de 2018 en el primer experimento de este tipo que se lleva a cabo en todo el Mediterráneo.