Un equipo de investigación del Jardí Botànic de la Universitat de València (UV) lidera un proyecto de conservación para recuperar la jara de Cartagena, una especie endémica del sureste de la Península Ibérica en peligro crítico de extinción. La iniciativa está financiada por la Fundación Biodiversidad, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Varios estudios científicos consideran que la jara de Cartagena es, probablemente, la planta más amenazada de España. En consecuencia, cambiar su situación y salvarla de la extinción constituye uno de los grandes retos para la biología de la conservación en el territorio estatal.

La especie está catalogada en peligro de extinción a nivel mundial, incluida en el Catálogo Español de Especies Amenazadas, y protegida en el ámbito autonómico valenciano y murciano. Además, es la única planta española declarada en situación crítica por el ministerio, a causa del elevado riesgo de extinción que la amenaza si no se toman medidas inmediatas de preservación.

La supervivencia de la jara de Cartagena depende de acciones urgentes basadas en el conocimiento extenso de su biología y diversidad genética con el fin de poder garantizar el mantenimiento espontáneo de las poblaciones -creadas con plantas producidas en centros de investigación- y en un intento desesperado de aumentar el número de individuos a partir de menos de una decena que forman las dos poblaciones naturales conocidas y a largo plazo de forma natural.

Por ello, "el objetivo principal de nuestro proyecto consiste en profundizar en el conocimiento de diversidad genética y la biología reproductiva de la especie a fin de poner en marcha acciones exitosas para garantizar la expansión de sus poblaciones", argumenta el director del Jardí Botanic de la Universitat de València, Jaime Güemes.

Los servicios de biodiversidad de la Región de Murcia y de la Generalitat Valenciana -en este caso, la Dirección General del Medio Natural- han hecho diferentes actuaciones para conservar la planta. También el Jardí Botànic conservó sus semillas en el Banco de Germoplasma.

"La extinción ya está detenida, ahora tienen que trabajar las administraciones y los centros de investigación para establecer poblaciones autónomas capaces de sobrevivir durante muchos años sin la acción humana continuada", añade Güemes, investigador principal del proyecto financiado por la Fundación Biodiversidad.