Beatriz Montañez fue, desde el 2006 al 2011, copresentadora de 'El intermedio' junto al Gran Wyoming. Su trabajo en el programa humorístico de La Sexta la hizo enormemente popular entre el público, al que siguieron títulos como 'Hable con ellas' en Telecinco, pero hace unos años decició alejarse de la vida pública y refugiarse en el campo, donde escribió su primera novela, 'Niadela'. Sin embargo, el hecho de volver a salir en los medios hace unos meses con motivo de la publicación del libro la ha llevado a denunciar a varios "intrusos" que la han estado vigilando y acosando. "Por primera vez en cinco años he sentido miedo", ha afirmado hoy durante una entrevista con el programa de la Cadena SER 'A vivir'.

"He tenido intrusos, no los llamo fans, los llamo intrusos, en los cuales ha tenido que intervenir la Guardia Civil, porque se han dedicado a revolotear por mi casa, a dejarme notas, a observarme con prismáticos al sentirme enclaustrada en mi propia libertad", ha explicado la presentadora y actriz, que vive aislada de la sociedad en una casa de pastores en la montaña y gastando lo mínimo para subsistir, entre 100 y 150 euros al mes en comida.

Montañez ha aprovechado su intervención en 'A vivir' para pedir que dejen de buscarla. "Ha sido muy frustrante sentirme vigilada en mi propia casa y por primera vez en cinco años, donde no he sentido miedo de la naturaleza, sí lo he sentido con las personas que me observaban y me vigilaban, y se convertían en intrusos dentro de mi propio hogar. Así que por favor, pido a aquellos que tengan la intención o que estén buscando dónde está Niadela, o que quieran venir, que no lo hagan. Que respeten mi decisión", ha subrayado.

Segura de sí misma

La escritora ha explicado también que muchos no entendieron que optara por promocionar el libro en un único medio. "Siempre pensé y lo hablé con la editorial en su momento, que yo prefería que el libro saliera, hacer una única entrevista con un único medio para que el libro efectivamente fuera conocido y la gente conociera mi historia y la decisión tan maravillosa y las consecuencias que iba a tener maravillosas que también ha tenido en mí". Sin embargo, esta decisión le ha costado algún disgusto: "Ha creado que algunos me insulten, los ecos que me han llegado, que estoy loca, que seguramente esté enferma mental, que tenga una seria depresión".

Ella, en cambio, está plenamente satisfecha con su cambio de vida: "No sé si empoderada sería la palabra, pero sí estoy segura de mí misma, cosa que es la primera vez en mi vida que he sentido sentido, seguridad en lo que hago, en lo que digo y en las decisiones que tomo, porque las reflexiono y las recapacito y pienso en los pros y los contras", ha señalado.