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Crisis del coronavirus

El teletrabajo se resiste

Una mujer teletrabaja mientras sus hijos hacen los deberes.

Fue la única salida para muchas empresas y empleados durante el confinamiento, pero la experiencia no está resultando demasiado satisfactoria para los trabajadores españoles, ya que uno de cada tres afirma no querer teletrabajar ningún día y solo el 18% prefiere esta opción al trabajo presencial. Pese a esto, España es uno de los países europeos que más declara que le gustaría poder tener flexibilidad en cuanto al tiempo que trabaja en la oficina, aunque vuelve a situarse entre los países que menos horas de teletrabajo prefiere: solo dos frente a las tres de la media global. Estas son algunas de las conclusiones de un estudio de Ipsos realizado a partir de una encuesta realizada a 12.445 trabajadores de 18 a 74 años de 29 países de todo el mundo, entre ellos, España, Estados Unidos, Malasia, Canadá, Francia, Italia, Reino Unido, Sudáfrica, Rusia, Perú, Turquía y China (continental).

España era el país europeo que menos teletrabaja cuando la crisis sanitaria obligó a trasladar las mesas de trabajo a los salones de casa –solo el 13% de la población activa lo hacía–, por lo que los trabajadores no estaban preparados para adaptarse de un día para otro al nuevo modelo laboral y esto puede ser uno de los motivos por lo que el teletrabajo continúa resistiéndose en España.

“Uno de los inconvenientes del teletrabajo es que puede haber personas que trabajen más en casa que en la oficina. Tú en tu trabajo tienes un horario y cuando finaliza tu jornada laboral, te marchas a casa y te olvidas. Pero hay trabajos en los que, ya antes del teletrabajo, podía costar desconectar porque las nuevas tecnologías pueden hacer que estés hiperconectado, y esto es algo que se agudiza con el teletrabajo”, explica José Manuel Campal, psicólogo del trabajo.

“Sería un gran error volver al modelo de trabajo de antes, cien por cien presencial”

José Manuel Campal - Psicólogo del trabajo

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José Manuel Campal.

Este no es, sin embargo, el único motivo que explicaría la reticencia a trabajar en casa. “Depende tanto de factores personales como del entorno: si se dispone de recursos para poder trabajar en casa; de la necesidad social de cada uno porque hay gente que lleva mal el aislamiento y prefiere estar con compañeros; de la capacidad de conciliación, porque a lo mejor con niños en casa es más complicado... Y en este último caso, la mujer es la más perjudicada porque es la que se ha quedado teletrabajando y al cargo de los hijos”, explica el experto gallego.

Respecto a esto, el estudio de Ipsos, tercera compañía de investigación de mercados y de opinión más grande del mundo, revela que casi la mitad de los españoles encuestados (47%) prefiere el trabajo presencial para poder estar con sus compañeros, un 24% considera que el teletrabajo propicia el desapego y un 29% afirma sentirse “quemado” con el trabajo desde que teletrabaja.

“La persona tiene que saber gestionar su tiempo, saber discernir cuáles son los tiempos de trabajo y cuáles los de ocio y vida personal, y para esto es necesario coger una serie de hábitos y tener un espacio para trabajar. Mucha gente lo que ha hecho es levantarse por la mañana y teletrabajar en pijama. Así, psicológicamente, no puedes separar bien las dos facetas”, afirma.

Hacia el modelo híbrido

Aunque en general los españoles prefieren trabajar de forma presencial, también se observa como tendencia, común en todos los países, la jornada flexible, es decir, trabajar unos días desde casa y otros en la oficina.

“Sería un gran error volver al modelo anterior de trabajo cien por cien presencial. Cada vez hay más estudios que demuestran que si se hace bien, el modelo híbrido mejora la productividad. Por eso creo que las empresas tienen que apostar por ello ahora que tenemos una legislación para ello”, afirma el psicólogo, que asegura que esta es la opción del futuro en un mundo cada vez más digitalizado, aunque reconoce que muchas empresas y administraciones públicas están regresando al modelo presencial ahora que está más cerca la inmunidad de grupo.

“El teletrabajo también tiene grandes ventajas y no solo es bueno para la conciliación, sino también para el medioambiente, al reducir los desplazamientos que, además, en muchas localidades implica estar media hora en un atasco, lo que significa media hora perdida y llegar al trabajo ya con estrés y de mal humor. Y mucha gente también ha podido conciliar mejor teletrabajando”, afirma.

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