El personal del Bioparc ha logrado mantener con vida a una gacela de Mhorr, una especia extinta ya en su hábitat natural y que únicamente se conserva en cautividad, cuya madre murió en el parto.

Tras el fallecimiento de la madre, ha informado el Bioparc en un comunicado, se activó el protocolo de crianza a mano, "con la responsabilidad añadida de saber que cada nueva gacela Mhorr representa esperanza para la supervivencia de su especie".

Este protocolo contempla cinco tomas diarias de leche y, por el momento, la aceptación del animal está resultando "óptima".

Gacela de Mhorr en el Bioparc, una especia extinta ya en su hábitat natural Bioparc

"Los mimos y métodos para garantizar su máximo bienestar implican que, después de la toma, se realiza una estimulación imitando a su madre. Se pasa una gasa humedecida con agua templada por la zona genital para incitar que orine y expulse las heces".

"En la observación de su comportamiento, por la forma orinar, parece que es un macho. También se induce su actividad motriz, pues es primordial que se mueva para que sus articulaciones vayan fortaleciéndose. Si continúa su positiva evolución, en unas semanas podrá incorporarse a su familia, formada por dos machos, dos hembras y una cría", han explicado las mismas fuentes.

En estas instalaciones habita un grupo reproductor de gacela Mhorr desde 2015 en la zona que recrea la sabana, en un característico recinto multiespecie, donde conviven con los antílopes Addax (Addax nasomaculatus), una tortuga sulcata (Centrochelys sulcata) y grullas coronadas cuelligris (Balearica regulorum).