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COP26

Este es el mensaje que los jóvenes activistas envían a los negociadores de Glasgow

La historia, las inquietudes y las peticiones de cuatro jóvenes ecologistas presentes en la Cumbre del Clima

Una activista imita a la Evita en una protesta llevada a cabo en Glasgow por jóvenes argentinos.

La voz de la nueva generación de ecologistas ha inundado el plenario donde este jueves se celebra una reunión de alto nivel de la Cumbre del Clima de Glasgow (COP26). Tras dos semanas de intenso debate y en vísperas del anuncio de las conclusiones este evento, la activista panameña Mari Castillo ha tomado la palabra ante los mandatarios de todo el mundo que negocian en la capital escocesa para denunciar que los jóvenes han sido excluidos de las negociaciones sobre el futuro del planeta. 

Estos son algunos de los jóvenes de la Cumbre del Clima y este es su mensaje para los negociadores.

"Falta una mirada inclusiva"

"Me preocupa que las negociaciones de la Cumbre del Clima no tengan en cuenta la perspectiva de los derechos humanos, porque si estamos aquí es justamente para proteger los derechos de las personas", explica Ana Quezada, miembro de la plataforma 'Youngo climate'. Cuando tan solo faltan unas horas para que se presenten los acuerdos finales de Glasgow, la joven ecologista denuncia que en ningún momento del debate se haya tenido en cuenta cómo el cambio climático afecta a diferentes sectores de la sociedad. "Están legislando sobre selvas sin tener en cuenta la perspectiva de las personas indígenas. Toman decisiones sobre contaminación sin tener en cuenta que algunas medidas pueden empobrecer todavía más a las personas sin recursos", comenta. 

Ana Quezada, miembro de la plataforma 'Youngo climate'. Valentina Raffio

Quezada habla también como reportera del portal 'Noticiero Climático', una iniciativa creada para "explicar a la gente, a través de un lenguaje accesible y sin tecnicismos, cómo sobrevivir a la crisis climática". La activista recuerda que en muchos lugares del mundo sigue habiendo una enorme brecha educativa y de acceso a la información que genera grandes desigualdades entre quien entiende el problema y quien no. "En muchas regiones del sur global el acceso a internet sigue siendo un privilegio que no todo el mundo tiene. La pregunta es: ¿cómo conseguimos que todo el mundo entienda el riesgo que supone la contaminación para su salud? ¿O cómo adaptar su trabajo a unas condiciones de calor extremo? ", reflexiona la joven desde los pasillos de la Cumbre del Clima.

"Esta crisis tiene muchas caras"

"La juventud merece estar involucrada en estas conversaciones porque estamos hablando de cuestiones que marcarán nuestro futuro. Nuestra perspectiva, nuestros ideales y nuestras voces no se están teniendo en cuenta", clama Antonio Muñoz Carrasco, miembro de la delegación de Costa Rica y de la red de 'Jóvenes por el Clima'. El joven habla con firmeza de su compromiso con las políticas medioambientales. "Como ciudadano del sur global no quiero ser considerado como una víctima de la crisis climática; quiero formar parte del proceso de decisiones para ayudar a solventar este problema", explica con decisión. 

Antonio Muñoz Carrasco, miembro de la delegación de Costa Rica y de la red de 'Jóvenes por el Clima'. Valentina Raffio

Carrasco explica que, desde el otro lado del océano, el debate sobre el futuro del planeta se ve de manera muy diferente. "En mi región, América Latina, la crisis climática tiene muchas caras. La vemos cuando aumentan las inundaciones, sequías y tormentas. Pero también la vemos cuando estos desastres naturales aumentan la pobreza y la precariedad de los grupos más vulnerables de nuestra sociedad", relata el joven ecologista. "Para mi la crisis climática también tiene la cara de un niño que no puede acceder a una vida digna. O de una familia que lo ha perdido todo tras una inundación extrema y no le queda otra opción que migrar", relata. 

"Podemos marcar la diferencia"

La exclusión de los jóvenes de la Cumbre del Clima molesta, y mucho, a una generación que ha "presionado mucho para que los gobiernos aumenten su ambición climática y ha protagonizado marchas masivas en todo el mundo", explica la activista ambiental costarricense Kirsten White Jarman. "Se nos ha dicho que para marcar la diferencia teníamos que esperar a hacernos mayores pero esto ya no es así. Cuando empezaron las huelgas mundiales por el clima, las de Greta Thunberg, vi que yo también tengo una voz y puedo usarla para salvar el planeta", explica la joven con los ojos llenos de ilusión.

Kirsten White Jarman, activista costarricense. Valentina Raffio

White habla con convicción del poder de los jóvenes ecologistas para cambiar el mundo. "En mi escuela hemos hecho campañas de recogida de basura y de reforestación. Si estos pequeños gestos se extienden creo que entre todos podemos marcar la diferencia", comenta la activista desde los pasillos de la Cumbre del Clima de Glasgow. 

"Hemos visto muchas palabras y pocas acciones"

"Se dijo que esta Cumbre iba a ser la más inclusiva de todas pero ni los jóvenes ni las comunidades indígenas se han podido sentar en la mesa de negociaciones. Ha sido decepcionante ver que incluso las delegaciones que han integrado a estos grupos en sus equipos de trabajo tampoco los han dejado participar en el debate", comenta Gerardo Ramírez, de la plataforma 'Reacciona; Red de Acción climática'. "Las juventudes de América Latina tenemos una voz, una reivindicaciones, unos ideales. Necesitamos que los acuerdos integren esta mirada. Hasta ahora, tras 26 Cumbres del Clima, hemos visto muchas palabras y pocas acciones", esgrime el activista.

Gerardo Ramírez, miembro de la plataforma 'Reacciona, red de acción climática'. Valentina Raffio

En un mundo en el que todavía hay muchos que niegan la realidad de la crisis climática, Ramírez habla de la crisis humanitaria que los extremos climáticos están desatando en el sur global. "En América Latina hay cada vez más desplagados climáticos; personas que se ven obligadas a migrar porque una sequía ha afectado a su territorio. La crisis climática también está aumentando los índices de pobreza, de desigualdad”, relata. "Hay que dejar de pensar que luchar contra la crisis climática es una cuestión de un solo color político, algo cargado de ideología, y empezar a ver esto como una cuestión de derechos humanos", zanja.

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