En octubre de 2019, José Antonio Gutiérrez sufrió un ictus que le paralizó la parte derecha de su cuerpo y, en consecuencia, le dejó encamado. Entonces le era inimaginable pensar que podría llegar a volver a ser independiente, pero hoy, 27 meses después de ese susto, lo es prácticamente por completo. Lo más sorprendente, sin embargo, no es eso, que también, sino que en el camino que ha recorrido hasta lograrlo cobra gran importancia una tecnología basada en la que la NASA utiliza para entrenar a los astronautas en condiciones de cero gravedad.

"Contamos con una unidad específicamente dedicada a la recuperación de la mano y el miembro superior, algo fundamental para alcanzar un nivel de independencia alto", cuenta María Paz Bureo, directora de NeuroFit, en Badajoz, un gimnasio totalmente diseñado y adaptado para ayudar a personas con trastornos del aparato locomotor a recuperar habilidades útiles en el día a día. En esta unidad, añade, utilizan un equipo antigravedad pensado para reducir el peso del brazo en pacientes con hemiplejia, lo cual les ayuda a mejorar mucho y con mayor rapidez.

Fernández empezó a recuperarse en el edificio L del hospital Perpetuo Socorro de Badajoz, aunque en seguida decidió comenzar con NeuroFit: "Los dos días que no iba allí, venía aquí, así que estaba toda la semana en rehabilitación. Al año del ictus ya pude renovarme el carné de conducir".

La combinación entre ambos servicios le ha valido el éxito en su proceso de recuperación. "En la Seguridad Social llevan a cabo una terapia pasiva, casi todo te lo hacen los fisioterapeutas, que viene muy bien para tonificar los músculos y adquirir más elasticidad, pero aquí la terapia se basa en que eres tú quien, a través de las máquinas, tienes que hacer todo el esfuerzo. Yo siempre las he considerado complementarias".

Motivación

Esta necesaria implicación del paciente que exige NeuroFit es lo que, precisamente, provoca una mayor motivación en los mismos a la hora de trabajar en su recuperación: "Al contar con una mayor participación tuya te animas más a hacer las actividades, no es lo mismo estar tumbado en una camilla y que te movilicen las piernas a que te sientes en una máquina y seas tú quien trabaje aductores, potencia de cuádriceps o lo que sea".

Bureo confirma todo esto: "La gamificación del proceso de rehabilitación es fundamental. Utilizamos tecnologías basadas en sensores combinados con juegos tanto físicos como virtuales que convierten el ejercicio en una actividad lúdica. Hay que tener en cuenta que el proceso de recuperación tras sufrir un ictus, por ejemplo, es duro y largo, y mantener al paciente motivado es un reto fundamental para el terapeuta". A juzgar por la satisfacción de José Antonio, parece que este gimnasio lo está consiguiendo.