La Audiencia Nacional sienta en el banquillo esta semana, en sendos juicios, a dos acusados de autoadoctrinarse y radicalizarse a través de las redes sociales con el objetivo de unirse a la organización terrorista Dáesh o "pasar a la acción mediante la realización de acciones violentas".

La Fiscalía pide para ambos cinco años de prisión: en el caso de N.B. por un delito de autoadoctrinamiento terrorista, aunque solicita una condena alternativa de 3 años por enaltecimiento terrorista; y en el de A.B. reclama 3 años por autoadoctrinamiento y autoadiestramiento y dos por falsificación de documento oficial.

El primero, que será juzgado el lunes ante la sección tercera de lo Penal, fue detenido en junio de 2020 tras hallar la Policía varios perfiles presuntamente utilizados por él con "marcadores similares a los de los miembros de Dáesh que ejercen como células individuales de captación, adoctrinamiento y difusión y auto captación, eventualmente transformables en células operativas".

Así lo explica la Fiscalía en su escrito de conclusiones provisionales, en el que añade que el acusado llegó a exteriorizar su "deseo de unirse a una organización terrorista" y tenía documentos que "acreditan que ha estado en Turquía", y que su intención era "capacitarse para unirse a una organización terrorista en la que cometer atentados".

A lo largo de la investigación, los agentes descubrieron que el acusado tomaba medidas de seguridad para "evitar su identificación como usuario de redes que accede y difunde este material", y se servía de datos falsos en sus perfiles de Facebook, que la Fiscalía ha pedido cerrar.

El fiscal detalla en su escrito, de 50 páginas, las publicaciones halladas en sus perfiles, con "comentarios, vídeos sobre la necesidad de la yihad", justificación a la actividad armada, "súplicas por los combatientes yihadistas" o felicitaciones "a soldados de califato".

Dos días después de este juicio, la misma sección juzgará al segundo acusado. En su caso, la investigación también comenzó en 2020 al descubrir que pertenecía a un grupo de WhatsApp con el avatar del logo del Dáesh.

De las pesquisas realizadas, indica el fiscal en su escrito, se descubrió que el acusado había completado "un proceso de radicalización, autoadoctrinamiento y entrenamiento que le han convertido en una persona dispuesta a pasar a la acción mediante la realización de acciones violentas".

El fiscal le acusa de acceder a canales donde se difunde material multimedia del Dáesh destinado a aprender sobre el manejo de armas o técnicas de combate, y también de tratar de "inspirar" para "llevar a cabo la yihad violenta y recuperar territorios de Al Ándalus".

El acusado, que también utilizaba otras redes sociales para la "difusión de contenido yihadista", tenía en su domicilio "elementos que permitían fabricar" explosivos y el fiscal deduce del material que se le intervino que estaba "buscando blancos".