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LGTBIfobia

El colectivo LGTBI de Vigo se organiza en patrullas nocturnas para evitar nuevas agresiones

Cada sábado recorren la zona de copas ante el aumento de estos sucesos | Los voluntarios ofrecen apoyo y mediación a las víctimas

Voluntarios patrullan la zona de Churruca para evitar agresiones al colectivo LTGBI de fiesta.

“Ayudar, mediar, acompañar”. La comunidad LGTBIQ viguesa ha pasado a la acción y desde el mes de febrero se ha organizado a través de patrullas nocturnas. El objetivo es frenar el aumento de la violencia contra este colectivo ya que señalan que los datos registrados no se corresponden con la realidad en el ocio nocturno.

Estas parejas de voluntarios lucen un brazalete con la bandera arcoiris en el brazo para ser fácilmente reconocibles por cualquier víctimas. “Es necesario para que cada persona pueda sentirse tranquila” señalan durante una de sus rondas por las calles Martín Códax e Irmandiños. La planificación comenzó en el mes de septiembre y ha ido sumando gente a la causa.

¿Se ha convertido el barrio de moda del ocio nocturno en Vigo en un lugar inseguro? No lo es “siempre y cuando no expongas tu sexualidad o no seas tú mismo” señala Alba, voluntaria en una noche de truenos y lluvia. “Pero es humillante no poder ser quien eres para que no te den una hostia” sentencia.

Su compañera de patrulla, Marta, apunta a una “contrarreacción de personas que están en contra de la visibilidad del colectivo” por un factor de odio. La última de ellas, el 19 de abril a dos jóvenes por besarse en la Plaza de Portugal se saldó con el desgarro de una oreja y la nariz rota a uno y el brazo en cabestrillo, hematomas y la rotura de una muela a su compañero.

Búsqueda de más voluntarios

Actualmente patrullan entre las 23:30 horas y las 3:30 de la madrugada las noches de los sábados, aunque su voluntad es poder ampliarlos a más días y sobre todo, a las últimas horas de la noche en las que la gente “se atreve más” a estas agresiones.

Reconocen que su radio de acción es limitado, pero dado que Churruca es el barrio donde se concentra más gente del colectivo. “A corto plazo es imposible abarcar más sitios”, por lo que buscan de manera urgente más voluntarios porque saben que cuando saben que hay gente vigilante “se reducen estas actuaciones”.

Estas voluntarias surgen de diferentes organizaciones de la ciudad como Nós Mesmas o Pvlse Vigo. Sin embargo, prefieren definirse como una plataforma independiente en la que se participa a título individual.

El grueso de estos 17 voluntarios son jóvenes entorno a los veinte años. Sin embargo, también cuentan con gente de cuarenta, cincuenta y hasta 72 años.

Cada noche comienza con una ronda por los principales locales del barrio para reponer los folletos informativos que les facilitan. Alba y Marta destacan la buena acogida de todos los bares, ya que muchos de ellos presumen de ser espacios seguros para el colectivo.

Su labor sin embargo no se limita a esas cuatro horas durante el fin de semana. A través de sus redes sociales, correo y teléfono ofrecen apoyo psicológico y asesoramiento ante todas las demandas que llegan.

Estos Puntos Arcoiris cuentan con un protocolo de actuación definido que va desde la prevención y detección hasta el análisis posterior y el tratamiento de datos del denunciante. Mientras una de las voluntarias trata de calmar y atender a la víctima alejándola del bullicio, la otra puede recoger información de testigos.

Entre las medidas de apoyo que ofrecen está la posibilidad de acompañarlas a casa o al hospital –de ser necesario– en bus y taxi o el uso del local de Vagalume como espacio seguro para refugiarse.

Solamente una vez pasado el peligro ofrecerían el apoyo legal a la hora de denunciar los hechos, manteniendo como prioridad el anonimato, cuidados, seguridad y bienestar de los voluntarios de estos Puntos Arcoiris itinerantes.

Contactos con la Policía Nacional y la Universidad

Los voluntarios reconocen que las agresiones físicas superan su capacidad de actuación aunque por el momento no han llegado a ese punto. En ese caso tratarían de retener al agresor y hacer tiempo mientras llegan los agentes.

Ya han mantenido contactos con la Policía Nacional para poder realizar un curso de formación en la materia, quedando de momento aplazado a las próximas semanas por problemas de agenda.

También han estado presentes en la Facultad de Filología de la Universidad de Vigo repartiendo carteles con muy buena acogida de estudiantes y Decanato.

Estas labores se compaginan con los preparativos de la cita más señalada de su calendario: el Orgullo. Durante esas semanas venderán artículos para pode recaudar fondos que den cobertura a su organización más allá de sus aportaciones. Además, participarán en la pedalada del 18 de junio y el 2 de julio en la gran manifestación.

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