Hugo Fontela (Grado, 1986) es la viva muestra de que Asturias brilla por el Prerrománico y los grandes clásicos como Carreño Miranda o, más cercanos en el tiempo, Nicanor Piñole y Evaristo Valle, pero también por el arte contemporáneo. Fontela, que hasta el 25 de junio muestra en la galería Marlborough de Barcelona la exposición “Green Paintings”, con siete obras de gran formato que evocan la naturaleza y plantean un recorrido por la compleja línea que separa la abstracción de la figuración, es uno de los pintores vivos más cotizados en España y en Estados Unidos, los dos países donde alterna residencia.

En 2005 recibió el Premio BMW de pintura y comenzó una carrera internacional en la que siempre le acompaña su esposa, la fotógrafa ovetense Carmen Figaredo. En 2007 ganó el premio al mejor artista en la Feria ESTAMPA, concedido por la Asociación de Críticos de Arte de Madrid y en 2011 el Museo de la Abadía de Montserrat, en Barcelona, exhibió una muestra de sus trabajos hechos en América, inaugurada por los entonces Príncipes de Asturias. “Niemeyer by Fontela”, en el Centro Niemeyer de Avilés, fue, ese mismo año, otro de los hitos en su carrera.

La campaña “Orgullo se escribe con H”, impulsada por la empresa tecnológica HONOR para desmontar tópicos, en este caso en el arte, y promocionar Asturias en España a través de Prensa Ibérica, grupo al que pertenece este periódico, indaga en la figura de este artista que ama la naturaleza y nunca olvida sus raíces.

Hugo Fontela ante una de sus obras, en la galería Marlborough, junto al pintor César Barrio. LNE

La buena salud del arte contemporáneo

"Hay un buen número de artistas contemporáneos que están trabajando en Asturias, de aquí y de otras regiones. El arte contemporáneo asturiano, más allá del Prerrománico, goza de muy buena salud", asegura Hugo Fontela. "Creo que hay un alma norteña que invade a los artistas asturianos, y quizás ese sentir, esa emoción con nuestro entorno, con nuestro paisaje, hace que se afinen sensibilidades que nos interconectan a todos. Se siente Asturias, se lleva por dentro", añade el artista.

Salir al mundo, una necesidad

Tras estudiar en la Escuela de Arte de Oviedo, y a punto de empezar Bellas Artes, Hugo Fontela se fue a Nueva York, la ciudad que se convirtió en su segunda casa. "Pienso que es necesario salir. El mundo ya es un lugar global y está muy bien ver lo que ocurre en él, aprender, y luego todo ese bagaje, toda esa formación, toda esa experiencia, traerla aquí". El pintor asturiano destaca la importancia de los galeristas y los coleccionistas en el ecosistema artístico. "Si uno logra, desde la reflexión, estar un solo minuto delante de una obra de arte, al final va a encontrar, de una u otra forma, belleza, un mensaje. Los tiempos son otros, van en otra dirección, y por eso, hoy más que nunca, el arte es tan necesario", reflexiona.

Hugo Fontela en su estudio de Madrid. Carmen Figaredo

Desde Nueva York, inspirado en Asturias

"Tuve que irme a una gran ciudad como Nueva York para descubrir que quizás la inspiración, lo que a mí me emocionaba, aquello que formaba parte de mí, era el paisaje norteño, el paisaje asturiano. Aunque yo al pintar no esté pintando un paisaje de Asturias concreto, estoy pintando ese alma que nos emociona a los asturianos", concluye Fontela.