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Ciencia

Investigadores asturianos descifran el genoma de la medusa inmortal

El estudio, dirigido por López Otín, identifica claves del rejuvenecimiento continuo del animal y permite enfocar nuevas búsquedas frente a enfermedades de la vejez

Investigan los secretos de una medusa inmortal

Investigan los secretos de una medusa inmortal. Vídeo: AGENCIA ATLAS Foto: Agencias

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Investigan los secretos de una medusa inmortal. A. Rubiera

Una medusa que mide menos que la uña de un meñique –cuatro milímetros– escondía claves de la inmortalidad que investigadores de la Universidad de Oviedo se han encargado de sacar a la luz. De nombre Turritopsis dohrnii, esa medusa ha sido durante casi cinco años el centro de los desvelos de un equipo dirigido por el bioquímico Carlos López Otín. La revista americana "Proceedings of the National Academy of Sciences" ha publicado este lunes los resultados de ese largo trabajo. Se trata de un estudio que descifra el genoma de la medusa inmortal, en el que se definen diversas claves genómicas que contribuyen a extender su longevidad, o lo que es lo mismo, a su continuo rejuvenecimiento, hasta el punto de evitar su muerte.

Porque esta diminuta medusa es capaz de revertir la dirección de su ciclo vital hasta volver a su estado anterior asexual, llamado pólipo. Así lo demostró en el laboratorio asturiano siendo capaz de resistirse al avance, normalmente sin retorno, del envejecimiento celular y tisular que culmina con la muerte del organismo, en un ciclo típico que comparten la inmensa mayoría de los seres vivos. "Turritopsis dohrnii tiene la facultad de escoger otro camino: revertir su ciclo vital y rejuvenecer", explican desde la Universidad asturiana.

El trabajo, asegura Carlos López Otín, "no persigue la búsqueda de estrategias para lograr los sueños de la inmortalidad humana que algunos anuncian, sino entender las claves y los límites de la fascinante plasticidad celular que permite que algunos organismos sean capaces de viajar atrás en el tiempo. De este conocimiento esperamos encontrar mejores respuestas frente a las numerosas enfermedades asociadas al envejecimiento que hoy nos abruman".

"¿Si la medusa es inmortal, nosotros podemos serlo? Es la primera pregunta que se te puede poner delante ante un estudio como este. Pero, como siempre dice Carlos López Otín, tal como somos ahora no podemos. Pero eso no quita para que interpretemos esta investigación como una ayuda para tener más ideas para investigar el cáncer, enfermedades neurodegenerativas, cardiovasculares... todas las que tienen en común que una de sus claves está en el envejecimiento", explica la catalana María Pascual Torner, investigadora postdoctoral del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Unviersidad de Oviedo y primera autora del artículo junto con su compañera Dido Carrero.

La secuenciación del genoma de la medusa inmortal, junto con la de su hermana mortal Turritopsis rubra, y el uso de herramientas bioinformáticas y de genómica comparativa han permitido a los investigadores identificar genes amplificados o con variantes diferenciales características de la Turritopsis dohrnii. "Dichos genes están asociados con la replicación y la reparación del ADN, el mantenimiento de los telómeros, la renovación de la población de células madre, la comunicación intercelular y la reducción del ambiente celular oxidativo. Todos ellos afectan a procesos que en humanos se han asociado a la longevidad y al envejecimiento saludable", detallan los investigadores. Además, el intenso estudio de los cambios que se iban produciendo en la expresión génica durante el rejuvenecimiento de la medusa permitió descubrir "señales de silenciamiento de genes mediadas por la denominada ruta ‘Polycomb’ y el aumento de la expresión de genes relacionada con la pluripotencia celular. Ambos son procesos necesarios para que células especializadas puedan diferenciarse y ser capaces de convertirse en cualquier tipo de célula, formando así el nuevo organismo", añaden. Resultados que sugieren, dicen, "que estas dos rutas bioquímicas son mediadoras fundamentales del rejuvenecimiento cíclico de esta medusa".

Según María Pascual, parece que "más que existir una clave única de rejuvenecimiento e inmortalidad, los diversos mecanismos que hemos encontrado actuarían de forma sinérgica, como un todo, orquestando así el proceso para asegurar el éxito de su rejuvenecimiento".

El estudio recién publicado está financiado por la UE y el Ministerio de Ciencia y además de las dos firmantes principales han participado en el mismo José G. Pérez-Silva, Diana Puente, David Roiz Valle, Gabriel Bretones, David Rodríguez, Daniel Maeso, Elena Mateo González, Yaiza Español, Guillermo Mariño, José Luís Acuña y Víctor Quesada, del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular, del Instituto Universitario de Oncología del Principado de Asturias (IUOPA), del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA) y del Observatorio Marino de Asturias (OMA).

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