Cruel es la guerra en Ucrania e incierto su desenlace, si bien las tropas del presidente Volodímir Zelenski parece que sacan las fuerzas de donde nadie sabe para frenar al invasor ruso capitaneado por Vladímir Putin. No hay soldado fuerte sin una buena alimentación y en el caso de la del Ejército ucraniano –cerca de 100.000 soldados– todo hace indicar que es muy completa en nutrientes y de buena calidad.
Pues entre sus componentes no falta el contundente compango asturiano. Chorizo y tocino elaborados por la industria cárnica de Asturias acompañan a los soldados del frente en sus "ladrillos", como se llama a los packs de comida diaria (MRE, acrónimo en inglés de 'meal ready to eat', comida lista para comer) que les entrega el Ejército. En estas cajas hay cubiertos, leche en polvo, azúcar, pañuelos de papel, galletas, bebidas isotónicas, cacao, té, café, crema de guayaba, chocolate, pastillas para potabilizar el agua y de combustible, cerillas, un hornillo y botes de conservas, como albóndigas y lentejas.
Estos últimos son de la marca Abricome, una veterana empresa del sector asentada en Los Yébenes (Toledo) que se abastece de compango en Asturias desde hace muchos años. Tradicionalmente ha sido la industria cárnica de Noreña uno de sus principales proveedores. Una de las firmas que trabajó hace unos años con Abricome es La Nave. Recientemente ambas firmas negociaron la posibilidad de un nuevo contrato, pero no llegó a buen puerto por el tema de precios, explica Joaquín García, de la familia propietaria de La Nave. Les sucedió lo mismo a El Hórreo, de José Severino Monte "Sesé", quien tampoco llegó a un acuerdo para ajustar precios.
Al final, Abricome se quedó con otro proveedor asturiano. Así lo explica el director de calidad, Ricardo Sabrido, en un artículo en el diario "El Mundo". Junto con el tocino y chorizo asturianos, con las lentejas de Los Yébenes van verduras de toda España y cebollas de Bolaños. La empresa produce latas de más de 400 gramos que tienen una caducidad a 5 años y que se pueden calentar directamente en el envase, algo que facilita las cosas para los soldados en el frente. Su demanda se ha disparado en los últimos meses.
El "ladrillo" de las tropas de Zelenski incluye, además, pañuelos que se fabrican en la vecina Galicia, concretamente en Pontevedra, y gran cantidad de productos de Jompisa (José Miguel Poveda, S. A.), con base en Alicante. Esta firma tradicionalmente ha abastecido al Ejército español al estar especializada en los MRE, las raciones militares.
Cuando Rusia invadió Ucrania en febrero todo el mundo daba por hecho que era cuestión de días la rendición del Ejército de Zelenski. Pero el presidente y sus soldados han dejado a todos con la boca abierta por su capacidad de resistencia para frenar al invasor. Una fuerza que, en parte, se alimenta con el tradicional compango asturiano.
Menús de José Andrés para la población
Una vez que Rusia invadió Ucrania se desató una ola de solidaridad con sus ciudadanos que se materializó en el envío de toneladas de comida, ropa, productos de higiene y sanitarios. De muchos puntos del Principado partieron camiones y coches cargados con ayuda humanitaria. No faltó entre los que hasta allí se desplazaron el cocinero asturiano José Andrés, quien con su ONG World Central Kitchen se instaló en Lviv, cerca de la frontera polaca, para dar de comer a la población más necesitada. José Andrés y su equipo repartieron miles de raciones de comida e incluso sufrieron algún que otro bombardeo. El chef, con origen en Mieres, llegó a reunirse con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para transmitirle su apoyo.
