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Caso Alvia

Accidente del Alvia: la "peculiaridad" de la curva de Angrois

¿Por qué no se vio ese riesgo antes y se esperó a que sucediese el accidente? / El fiscal pone el foco en la falta de seguridad que existía en ese punto "complejo" de la línea 082

El fiscal del caso Alvia, Mario Piñeiro, durante el interrogatorio al exdirectivo de Adif. X. Álvarez

La tercera sesión del juicio por el descarrilamiento ocurrido el 24 de julio de 2013 en Angrois tuvo como protagonista a Andrés Cortabitarte. A diferencia que el maquinista Francisco José Garzón Amo –el otro acusado en este "macroproceso"–, el exjefe de la Dirección de Seguridad en la Circulación de Adif sí contestó a las preguntas de la Fiscalía. Y durante casi una hora y media Mario Piñeiro Vázquez, el fiscal del caso, dirigió un interrogatorio en el que puso el foco en varias cuestiones clave. Una en la que insistió de forma reiterada fue en la drástica reducción de velocidad, de 200 a 80 kilómetros por hora, que se necesita para atravesar con las máximas garantías la curva de A Grandeira donde sucedió el fatal siniestro. Cortabitarte trasladó toda la responsabilidad al conductor, que, según su razonamiento, por su formación, experiencia y conocimiento de la línea 082 debería haber frenado a tiempo para afrontar ese punto, teniendo como guía el denominado cuadro de velocidades máximas. Pero al representante del Ministerio Público no le valió dicha explicación. ¿Por qué no se valoró la peculiaridad que supone esa bajada de velocidad en un punto tan “complejo y difícil” de la línea? “¿Por qué no se vio ese riesgo antes y se espero a hacerlo a que ocurriese el accidente?”, le planteó directamente al acusado.

A raíz del accidente de Angrois se revisó todo el sistema ferroviario de España, implantando medidas de seguridad que no existían hasta entonces en todos los tramos en los que, como en Angrois, hay que realizar cambios bruscos de velocidad: nueva señalización y balizas de frenado automático que neutralicen cualquier fallo humano en la conducción de un tren. En su interrogatorio al exdirectivo de Adif el fiscal cuestionó una y otra vez que este “riesgo” no se hubiese visto y valorado de forma previa a que ocurriese el descarrilamiento que dejó un balance de 80 muertos y casi 150 heridos.

"Ese es el tema"

“En ese punto [en la curva de A Grandeira] había una peculiaridad en relación con la velocidad y eso no fue valorado”, esgrimió el fiscal en su interrogatorio. “Ese es el tema”, añadió, preguntando al exdirectivo de Adif porque no se evaluó dicha situación, de cara a poner medios para ello, pese a la evidencia de que había que reducir drásticamente la velocidad en una curva de esa línea de Alta Velocidad que era especialmente “compleja”. Para Mario Piñeiro ahí había una “singularidad” a la que habría que haberle dado una solución para que un maquinista “no se quedase solo ante cualquier fallo”. “El maquinista se equivocó, muy bien”, afirmó asintiendo a uno de los razonamientos de Cortabitarte. Pero si el humano yerra, le insistió, ¿no debería el sistema haber adoptado las soluciones necesarias “para compensar esa equivocación?”. Lo cierto es que tras el descarrilamiento, recordó el fiscal en el juicio, sí se tomaron medidas de seguridad: “Ahora cambió todo, ¿por qué no se valoró antes? ¿no cree, tras lo sucedido, que no se supo valorar?”

Fiscal jefe de Santiago desde 2008 y muy bien considerado: “Tiene gran preparación jurídica”

“Está muy preparado jurídicamente y es un profesional muy bien considerado por sus compañeros, por los jueces y por los abogados, tiene una amplia experiencia a sus espaldas”. Un veterano abogado se refiere así a Mario Piñeiro Vázquez, el fiscal del caso Alvia, que además es el fiscal jefe de Santiago de Compostela desde 2008, cuando se creó la Fiscalía de Área en esta ciudad. Mario Piñeiro, que ya estuvo en este procedimiento durante parte de la instrucción judicial, no pudo interrogar en el juicio a Francisco José Garzón, el maquinista del tren accidentado, que optó por contestar únicamente a su abogado. Pero sí tuvo la oportunidad de tomar declaración a Andrés Cortabitarte. “Fue un buen interrogatorio, en el que abordó cuestiones nucleares de su acusación y que dirigió exponiendo con calma y profundidad sus preguntas, sin subir el tono y escuchando pacientemente las en ocasiones extensas explicaciones técnicas y de tipo organizativo y normativo que daba el acusado”, opina un abogado. Como acusación pública, el fiscal juega un papel de enorme relevancia en este juicio, en el que solicita una condena de cuatro años de prisión para cada uno de los dos encausados como presuntos autores de 80 delitos de homicidio por imprudencia grave profesional, así como 145 delitos de lesiones y uno más por los daños materiales.


Andrés Cortabitarte echó balones fuera en el interrogatorio al que lo sometió el fiscal. Él no tenía competencia para hacer un análisis de riesgo de la línea, que en todo caso era segura “al 100%”, contestó sin vacilar. La culpa, resumió el exjefe de Seguridad de Adif, fue del maquinista: de su exceso de velocidad, contestó en una ocasión, y de su “impensable e ilegal” distracción al teléfono móvil, dijo después. El sistema ASFA y el ERTMS, el certificado de seguridad que en su día emitió el acusado en relación con esa línea 082 o la señalización existente en aquella época fueron otras cuestiones sobre las que le preguntó Mario Piñeiro.

Cortabitarte, además de al fiscal, contestó a su abogado. También manifestó su intención de contestar a la jueza. Los magistrados suelen preguntar a un acusado si, tras hacerlo las partes, hay cuestiones que quedaron difusas. En este caso Elena Fernández no necesitó aclaraciones. “No tengo preguntas”, afirmó. El juicio se retomará el 25 de octubre con los testigos.

“Es inviable asistir a todas las sesiones”

El "macrojuicio" del Alvia, con más de un centenar de abogados personados en representación de los acusados, los responsables civiles y las víctimas, supone un reto sin precedentes en Galicia. Así que, por cuestiones de espacio, la vista se está celebrando en la Cidade da Cultura, donde se habilitaron 1.058 metros cuadrados para un proceso al que, tras su arranque este octubre, le quedan todavía bastantes meses por delante. Pero lo previsible es que muchos de los letrados opten por no acudir a la mayoría de sesiones. En la jornada de la declaración de Andrés Cortabitarte ya se vieron muchos huecos libres. “Es inviable asistir a todas las sesiones; tendría que cerrar el despacho”, afirma un letrado. “Y los que como yo llevamos a un único lesionado o a los familiares de un fallecido les pasa lo mismo; iremos a las jornadas más importantes y a aquellas en las que declaren nuestros clientes y peritos, pero no a todas; tenemos más casos, más clientes, más juicios...”, razona. Muchos abogados son además de fuera de Galicia. “Hay compañeros de Ciudad Real, por poner un ejemplo”, dice. “El fiscal, los abogados defensores, los de los responsables civiles, los letrados que lleven a muchas víctimas... sí estarán todo el juicio, pero para el resto no es posible”, zanja.

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