Testimonios

La batalla de los médicos contra las guardias de 24 horas: "Es cuando más cerca estás del error"

Dos facultativos explican cómo son estos turnos maratonianos en los que el cansancio y estrés añadidos pueden repercutir en la atención sanitaria

Irene Bermell, anestesióloga del Hospital de Bellvitge y Jesús Blázquez, residente de pediatría en el Hospital La Paz.

Irene Bermell, anestesióloga del Hospital de Bellvitge y Jesús Blázquez, residente de pediatría en el Hospital La Paz. / M. G.

Patricia Martín

Patricia Andrés, la doctora que ha obtenido la mejor nota en el examen MIR de este año, ha afirmado que ha elegido dermatología para "ser feliz y no quemarme", en referencia a que es una de las pocas especialidades donde los médicos no están obligados a realizar guardias de 24 horas presenciales, lo que supone menos desgaste y más posibilidades de conciliar la vida laboral y personal. De hecho, el malestar médico con estos turnos maratonianos va a más y esta semana el sector ha arremetido contra la posibilidad de que se aumente de 55 a 60 años la edad hasta la que están obligados a hacer estas jornadas complementarias.

En medio de esta polémica, dos médicos explican en EL PERIÓDICO DE CATALUNYA, del grupo de Prensa Ibérica, cómo son sus guardias, cuántas realizan al mes y cómo es la atención sanitaria durante esas largas jornadas que cuestiona un grueso del sector, que reclama que pasen a ser voluntarias y de 12 horas.

Irene Bermell, anestesióloga

"Cuando te queda poca batería, te piden el cien por cien"

Irene Bermell, anestesióloga del Hospital de Bellvitge.

Irene Bermell, anestesióloga del Hospital de Bellvitge. / EPC

Irene Bermell (44 años, vive en Barcelona) es anestesista en el Hospital de Bellvitge y realiza dos guardias presenciales al mes (cuando era más joven, cuatro), normalmente en quirófano. El problema, explica, es que a partir de cierta hora se intenta atender solo los casos urgentes. "En estas circunstancias imprevistas normalmente se desconocen los antecedentes del paciente, no se han realizado las pruebas recomendables, como un electro o el ayuno, además de que hay menos personal disponible para participar en la intervención". Por ello, Bermell resume así las guardias: "Cuando te queda poca batería, te piden el cien por cien".

La anestesista reconoce que en esas jornadas maratonianas, donde debido a que hay casos complejos, no se puede dormir, es cuando los profesionales sanitarios están "más cerca del error" porque "el cuerpo te pide descanso". Bermell no ha cometido ningún fallo médico pero sí se le han pasado "cosas por alto" porque después de tantas horas trabajando "el nivel de atención no es el mismo, aunque quieras".

La sanitaria cree que si los médicos trabajaran siempre "a turnos", su ritmo vital se acostumbraría, como sucede con los policías o los bomberos. Sin embargo, ellos son "trabajadores diurnos" que de repente un día tienen que estar "24 horas activos". Aunque están entrenados y desarrollan "una capacidad de reacción rápida" si están dormidos y tienen que despertarse, es "difícil" y los días siguientes les pasa factura. Solo se descansa el día posterior a la guardia, cuando "estás más irascible y es como un tiempo perdido", explica.

Jesús Blázquez, residente de pediatría

"He estado cerca de cometer un error no banal tras 20 horas"

Jesús Blázquez, residente de pediatría en el Hospital La Paz.

Jesús Blázquez, residente de pediatría en el Hospital La Paz. / EPC

De los dos médicos consultados por EL PERIÓDICO, Jesús Blázquez (26 años, vive en Madrid), residente de Pediatría en el Hospital La Paz, es el que más guardias hace al mes. "Lo normal son cinco", explica, lo que supone una más del límite que recomienda la UE. Pero en España este tope se rebasa en ocasiones, sobre todo por parte de los residentes, que son los facultativos que más jornadas de 24 horas realizan, de manera obligatoria. "En el mes de enero he trabajado 242 horas, teniendo semanas de hasta 77 horas en un doblete de viernes y domingo de guardia", explica.

Jesús, que tiene la cuenta de Twitter 'Las guardias? Una mierda', considera que este sistema de trabajo, en el que como mucho, sobre todo si la guardia se realiza en urgencias, se duerme unas tres horas y se trabaja 21, "cometer un fallo es más fácil". "Yo he estado muy cerca de cometer un algún error no banal tras 20 horas seguidas trabajando y he visto en primera persona errores médicos a altas horas de la madrugada, porque tu juicio no es el mismo si estás descansado que si no lo estás y somos víctimas tanto médicos como pacientes", admite. Los fallos más habituales, aclara, son sobre la prescripción de medicamentos, al tener que calcularla en función del peso del niño. "A veces hay que comprobarlo todo varias veces", señala.

"Es cierto que en las guardias se aprende mucho, te expones a sucesos que de no estar en el hospital, no verías. Pero preferiría que extendiesen mi periodo de formación un año y no hacer estas jornadas maratonianas, porque a partir de cierta hora, ya no aprendes nada, solo actúas como buenamente puedes", añade. Blázquez adelanta que, probablemente, cuando acabe el periodo de formación, se marchará a otro país donde, además de que el sueldo es el triple que en España, no existan las guardias de 24 horas.

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