Adiós a la 'abuela del mundo': muere a los 117 años Maria Branyas, la persona más anciana del planeta

Maria Branyas, la persona más anciana del mundo y la octava más longeva de la historia, ha fallecido este lunes a los 117 años, según informa 'Garrotxa Digital'. Branyas ha sido despedida este martes en la más estricta intimidad. "María Branyas nos ha dejado", ha escrito su familia esta mañana en la cuenta de la red social X de la mujer, añadiendo que "ha muerto como quería: mientras dormía, tranquila y sin dolor".

Nacida el 4 de marzo de 1907 en San Francisco, California, Branyas tenía recuerdos que se remontaban a la Primera Guerra Mundial y a la Guerra Civil Española, según explicaba en 2019 en una entrevista en 'Catalan News'.

De hecho, la vuelta a Cataluña de la familia, cuando ella tenía 7 años, se produjo en 1914, en pleno estallido de la primera gran guerra del siglo XX. "Llegamos en barco. Debido a la guerra, Alemania atacaba el norte y no podías cruzar los mares nórdicos, tuvimos que ir por las Azores y por Cuba", expresaba. Desde hace más de 20 años, Branyas vivía en la residencia Tura de Olot.

Quién fue Maria Branyas

Hija de navarro y catalana, su familia se había exiliado en Estados Unidos un año antes de que ella naciera. Su padre trabajó como periodista y fundó varias cabeceras en California y Nueva Orleans, pero enfermó de tuberculosis en 1915 y la familia decidió volver. Él no llegó: en el barco de regreso, a punto ya de arribar a la península, murió debido a la enfermedad. En aquel viaje, además, María sufrió un accidente que le hizo perder audición en un oído para el resto de su vida.

Su madre y ella se instalaron en Barcelona, y entre esta ciudad y la localidad gerundense de Banyoles vivieron los siguientes años, hasta que a los 23 se casó con su novio, médico de profesión. La guerra civil la obligó a exiliarse durante un tiempo -en la contienda asistió como enfermera a los heridos del bando republicano, ayudando a su marido, lo que la convertía en enemiga del bando vencedor-, y luego le tocó hacer frente a las penurias de la posguerra. "Pero ella siempre ha hablado de su vida con optimismo, incluso de las situaciones más complicadas que afrontó", contaba su hija, Rosa Moret, de 80 años, el mayo pasado en esta entrevista en El Periódico.

De carácter alegre y afable -"es difícil verla enfadada", aseguraba Rosa a este diario-, y con una gran curiosidad intelectual, su hija la recordaba leyendo, bordando o contando historias, una afición que siempre ha practicado. En sus 117 años, Maria Branyas vio morir a su padre, su madre, su marido y uno de sus tres hijos, que falleció a los 90 años, pero a su hija Rosa siempre le ha llamado la atención la enorme naturalidad con que ella se ha referido a la muerte, ajena en todo momento a dramatismos y penas. Para Rosa este era precisamente el secreto de la longevidad de su madre. "A menudo nos dice -contaba la mujer hace apenas tres meses-: en esta vida sobrevive el que se adapta. Si te enfadas con la vida, vives menos".

Poco a poco se fue apagando

En su cuenta en la red social X, gestionada por su hija Rosa, el lunes por la mañana ya expresó con un tuit el delicado estado de salud en el que se encontraba. Desde el verano pasado ya había ido apagándose poco a poco.

En mayo del 2020, Maria Branyas se convirtió en la persona mayor del mundo en sobrevivir al covid-19 a la edad de 113 años y, casi tres años después, se convirtió en la decana del planeta. Desde el fallecimiento de la monja francesa Lucile Randon, ocurrido en enero de 2023 cuando tenía 118 años, María era, hasta hor, la mujer más veterana del planeta. A partir de ahora lo es la japonesa Tomiko Itooka, nacida el 23 de mayo de 1908.

Illa envía el pésame

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha enviado el pésame a la familia de Maria Branyas. "Perdemos a una mujer entrañable, que nos ha enseñado el valor de la vida y la sabiduría de los años", ha escrito en X. En abril del 2023, el entonces presidente del Gobierno, Pere Aragonès, visitó Branyas en la residencia Santa Maria del Tura, en Olot.

Por su parte, el presidente del Parlament, Josep Rull, ha destacado la sencillez y la "inspiración sobre el proceso de envejecimiento" de Branyas.