Productos menstruales
Las compresas y tampones contienen sustancias plastificantes que podrían poner en riesgo la salud, según un estudio
Una investigación pionera en España encuentra 19 sustancias asociadas al plástico en 10 muestras de productos menstruales, sobre todo en compresas
Patricia Martín
Un estudio pionero en España ha detectado la presencia de sustancias asociadas al plástico en 10 muestras de compresas y tampones de las marcas más conocidas. El análisis ha sido efectuado por Rezero, una fundación que promueve una sociedad libre de residuos y tóxicos, y el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC) y ha detectado 19 plastificantes de un total de 36 sustancias investigadas.
Muchos de los compuestos detectados "podrían" tener efectos nocivos en la salud, según los investigadores. "La mayoría son disruptores endocrinos, con lo que afectan a las hormonas y pueden provocar diabetes o problemas de tiroides. Algunas son neurotóxicas y pueden provocar párkinson o alzhéimer y algunas son posibles cancerígenos", según ha explicado en la presentación del estudio Ethel Eljarrat, directora general d'IDAEA-CSIC.
No obstante, los promotores de la investigación han reconocido que se trata de la primera fase del estudio y que, a partir de ahora, se analizará qué cantidad de esos compuestos llega efectivamente a la piel por contacto dérmico y si hay un riesgo para la salud o no.
Aunque, como se han analizado cinco compresas y cinco tampones de las principales marcas comercializadas, según Marta Beltrán, directora de proyectos de Rezero, ya hay "indicios" suficientes como para que, por el principio de "precaución", las autoridades prohíban la presencia de sustancias tóxicas en los productos menstruales y exijan transparencia en el etiquetado.
Un problema triple
En concreto, el estudio ha detectado Ftalatos en cuatro de las nueve sustancias analizadas, ésteres organofosforados (OPEs) en nueve de 17 y plastificantes alternativos a los ftalatos (NPPs) en seis de las diez sustancias analizadas. El informe está respaldado por el Departament d'Igualdat i Feminisme y forma parte del proyecto 'Investigación científica y divulgación de productos menstruales para favorecer la salud de las mujeres'.
El problema, según Rezero y el CSIC, es triple. Por un lado, aunque habitualmente el foco sobre los tóxicos se ha puesto en la alimentación y la inhalación, la vulva y la vagina también "tienen gran capacidad de absorción química". Por otro lado, aunque no todos los compuestos se comportan igual, algunos se trasfieren al feto a través de la placenta o la lactancia materna, "por lo que podría afectar a las generaciones futuras".
La acumulación
Y, por último, el problema es la posible acumulación en la absorción de sustancias tóxicas a través de la ingestión, la inhalación y la vía dérmica, así como el uso de productos menstruales durante años. "No pasa nada por ponernos una compresa un día, pero sí muchos días, es una toxicidad crónica", ha explicado Eljarrat.
La investigación no ha detectado compuestos perfluorados y los niveles de plastificantes son más altos en compresas que en tampones. La siguiente fase del estudio analizará más muestras, de otras marcas de compresas y tampones, así como de salvaslips y productos reutilizables. También se evaluará el impacto ambiental generado por la presencia de los aditivos químicos.
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