Problema de salud pública

Obesidad infantil: "Lo más importante era seguir emocionalmente a mi hijo"

A menudo los menores que llegan a la Unidad de Tratamiento Integral de la Obesidad Infantil del Hospital Universitari Vall d'Hebron presentan ansiedad, depresión y baja autoestima

Javi y su hijo, Aníbal, entran en la consulta de Vall d'Hebron especializada en obesidad infantil.

Javi y su hijo, Aníbal, entran en la consulta de Vall d'Hebron especializada en obesidad infantil. / Zowy Voeten

Beatriz Pérez

Barcelona

Javier Sánchez es el padre de Aníbal, un adolescente que es paciente de la Unidad de Tratamiento Integral de la Obesidad Infantil del Hospital Universitari Vall d'Hebron, en Barcelona. "Mi hijo poco a poco fue cogiendo más y más sobrepeso, y ya nos derivaron directamente a esta unidad", ha explicado este viernes Sánchez a los periodistas. Ha asegurado que lo que más necesitaba su hijo era un "seguimiento emocional".

Esta unidad cuenta con endocrinos, pediatras, nutricionistas y también psicólogos, porque a menudo los menores que llegan a ella presentan ansiedad, depresión y baja autoestima. Suelen sufrir 'bullying' en la escuela y aislamiento social. "Realmente nos han ayudado a entender por lo que estaba pasando mi hijo", ha contado Sánchez, quien ha añadido que también les han dado unas "pautas" para comer.

"Pero sobre todo es entender por qué le pasa esto. Entender qué le pasa socialmente en el colegio, con los amigos, todo. Los adolescentes piensan que los van a mirar, que les van a llamar 'gordos', que los van a desplazar", ha dicho el padre, que también sufrió obesidad (y fue, como ahora es el hijo) paciente de Vall d'Hebron.

Cirugías y fármacos

El padre pasó por una cirugía variátrica. Este tipo de intervenciones son muy reducidas en los menores de edad (solo se aplican en los casos más extremos). Lo que sí se está empezando a utilizar en niños son fármacos como el Ozempic y el Wegovy: diversos estudios han mostrado su seguridad y eficacia, pero los médicos desconocen qué pasará cuando el niño, de adulto, deje la medicación, como ha explicado el endocrino Diego Yuste.

"Lo que más nos impacta y preocupa cuando los pacientes llegan a su consulta es su salud emocional. Los niveles de angustia, la baja autoestima y casos de acoso escolar, entre otros, dan miedo", constata Eduard Mogas, pediatra y coordinador de la unidad. "En la consulta abordamos desde un punto de vista multidisciplinar el tratamiento de los niños que viven con obesidad, con la voluntad firme de resolver un problema con el que, hasta ahora, no hemos tenido éxito como sociedad", dice Mogas.

Aunque entre un 8% y un 10% de los casos de obesidad tienen causas genéticas y un porcentaje similar es fruto de efectos secundarios de otras patologías o tratamientos médicos, el grueso de los casos son consecuencia de la suma de una alimentación poco saludable, basada en alimentos ricos en grasas y azúcares. "Este cóctel, habitual en sociedades modernas, se ha convertido en el principal factor de riesgo de obesidad en niños y adultos", dice Cristina Aguilar, pediatra endocrinóloga de la unidad.

"La población pediátrica es víctima de un contexto ambiental y social que facilita ganar peso y, al mismo tiempo, tiene menos herramientas para gestionarlo y cambiarlo", añade el doctor Yuste.

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