Gabriel Songel: «Los juegos de mesa configuran las relaciones sociales de mucha gente»

Gabriel Songel, catedrático de la UPV, participó en la Feria Internacional del juguete de Nuremberg

Afirma que «hay tantas tendencias como personas» y que los juegos «cara a cara» son una «tradición», además de un gran sector en Europa

Gabriel Songel, en Nuremberg.

Gabriel Songel, en Nuremberg.

València

Los juegos de mesa son más que un mero divertimiento. Y, si no, que se lo digan a Gabriel Songel. El profesor y catedrático de la Universitat Politècnica de València (UPV) dedica buena parte de su vida a ellos: a ver qué hay detrás, a estudiarlos, diseñarlos y crear nuevas propuestas que, en algunos casos, han saltado al mundo empresarial y se han comercializado, llegando, así, a los hogares y completando el círculo para que otros jueguen a lo que él imagina. 

Recientemente, ha participado en la Convención de Inventores de Juegos de Mesa —la Game Inventors Convention—, de la Feria Internacional del juguete de Nuremberg 2025, una cita que se celebra desde hace 75 años. La invitación le llegó, como cuenta, antes de finales de año, y esto le ha metido en el top de los 100 mejores diseñadores europeos de juegos de mesa.

«La feria hace una selección de juegos para exponer y siempre es una oportunidad, hay mucha actividad durante todo el día. La gente que juega, especialmente en Europa, es un colectivo muy grande. Hay mucho interés y se comprueba que es un sector muy demandado», asegura. Él participó presentando dos de sus propuestas.

Como explica, y también certifican los datos económicos, el negocio en España de los juegos de mesa ya superaría los 100 millones de euros en 2023, ya que «durante la pandemia se dio un crecimiento importante y se ha mantenido». «Se han incorporado nuevos juegos al mercado, sobre todo de adultos, con más poder adquisitivo», señala Songel. Pero, por encima de todo, destaca que «los juegos configuran parte de las relaciones sociales de mucha gente».

Ferias como la de Nuremberg suelen estar también abiertas al público, y «hay colas para probar nuevas versiones de juegos conocidos», asegura. «Se puede jugar online, pero jugar cara a cara y divertirse es una tradición. Quedar para jugar es un hábito casi semanal para mucha gente o incluso, seguir con partidas pendientes», indica. 

Sobre la variedad, apunta que «hay de todo y frikis para todo». Hay temas de fantasía, puzzles geométricos, clásicos familiares que llevan 30 años en el mercado... Hay tantas tendencias como personas y todo el mundo encuentra algo con lo que entretenerse», afirma el experto. Por eso, aunque «los inspirados en escape rooms ya han pasado y los interactivos con electrónica van apareciendo y desapareciendo, no diría que hay una única tendencia en la actualidad», apunta.

Pero si algo se ha impuesto, es un cambio en los materiales, que viran hacia los productos ecológicos, sustituyendo, por ejemplo, la madera por el corcho, aunque el cartón sigue siendo «la materia prima por excelencia». 

«No deja de sorprenderme la cantidad de pequeñas empresas en Europa que presentan productos —cerca de 2.000— desde Portugal a Polonia... Hay dinamismo, año tras año se exhiben novedades y es un sector que tiene continuidad», detalla. 

En Nuremberg, Songel presentó la serie de juegos de ingenio Innivity, que diseñó en el año 2020 y que fue producida por la spin off de la UPV Innoarea Design. La serie presenta la novedad de combinar juegos de ingenio con cartas y juegos de mesa de manera que puede jugarse de forma individual o colectiva, indican desde la universidad.

Este proyecto es el resultado de una investigación sobre juegos de ingenio basados en principios de diseño básico que inició el profesor hace 15 años, en colaboración con Juegos Cayro de Dénia. También presentaba el juego Secret Code, un rompecabezas con 40 retos diferentes y basado en principios matemáticos.

Más de 140 productos en el mercado

Gabriel Songel —profesor de la asignatura Diseño para Ocio del Grado en Ingeniería de Desarrollo de Nuevos Proyectos— afirma que hasta que se vende un juego de mesa, se pasa por varias fases. «Se presentan las ideas con un prototipo, que se procura llevar lo más acabado posible y con diferentes estéticas, según la empresa; una vez lo aceptan, se firma un contrato de confidencialidad, que suele ser de unos meses, en los que la empresa lo valora y decide si continúa o no; o pide modificaciones, y ya reconoce los derechos de su creador» para, después, pasar a comercializarlo.

El catedrático, además de docente e inventor, es también el director del El Museo del Juguete de la Universitat Politècnica de València, con más de 2.500 piezas antiguas y llenas de nostalgia

Ha comercializado, en total, 140 productos infantiles, desde parques y mobiliario infantil, pasando por juegos de construcción —con piezas con más de 20 años en el mercado— y juegos de mesa. Algunas de las firmas con las que ha colaborado, son Imaginarium, Gamosa, Recent Toys, Popular de Juguetes o Gigo Toys, además de Cayro.

«Mi juguete favorito, durante muchos años, era el que yo me construía con mis hermanos, en verano, en un pequeño taller que nos hizo mi padre en el chalet, y con restos de la carpintería del pueblo. Podíamos pasar horas y horas...», recuerda con cariño.

Gabriel Songel acaba de recibir el Premio José Mª Yturralde de Diseño y Creatividad Tecnológica, de los premios Precrea que entregan las cinco universidades públicas valencianas.

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