Entrevista
Alejandro Rodrigo, técnico de libertad vigilada: "Los chavales disruptivos han secuestrado la autoridad de colegios e institutos"
Experto en adolescentes conflictivos, el divulgador asegura que la reeducación de los chicos agresivos solo funciona si la violencia no es premeditada y si existe un vínculo con sus terapeutas

Alejandro Rodrigo, experto en menores conflictivos y técnico de libertad vigilada. / / Jacobo Medrano
Olga Pereda
Diplomado en Magisterio y experto en Análisis e Investigación Criminal por la Universidad Autónoma de Madrid, Alejandro Rodrigo (Madrid, 1981) ha trabajado tres años en centros de internamiento de menores y ha sido técnico de libertad vigilada durante 12 años. Su experiencia le llevó a escribir 'Adolescencias reales desde dentro', un duro relato de chavalas y chavales incomprendidos, agresivos, difíciles o adictos. Adolescencia –la serie británica de Netflix protagonizada por un niño de 13 años acusado de matar a puñaladas a una chica de su edad– le ha maravillado y también removido. El guion y los personajes reflejan perfectamente muchas cosas que él ha vivido al lado de menores conflictivos e infractores.
¿Tenemos un problema con los adolescentes? ¿Son cada vez más agresivos?
Lo que muestra 'Adolescencia' no es extrapolable a España, donde los homicidios por parte de los menores son puntuales a pesar de que causan mucha alarma social. El protagonista de la serie tiene 13 años, ahí está la primera diferencia. Nuestra legislación marca la edad de responsabilidad penal en los 14 años. Una vez dicho esto, cuidemos la protección y la prevención porque la serie nos deja claro que cualquier persona, con factores de riesgo importantes, puede cometer una acción impensable.
"La serie deja claro que cualquier persona, con factores de riesgo importantes, puede cometer una acción impensable"
¿Cómo cuidamos la prevención?
Con formación específica a los padres porque siempre pensamos que no nos pasará nada hasta que nos pasa. Siempre creemos que nuestro hijo no caerá en las drogas hasta que cae. Estamos hartos de ver familias de clase media y media-alta que, de repente, se topan con un problema descomunal de sustancias tóxicas. ¿Falló la prevención? No, lo que pasa es que hay que estar muy atentos a nuestros hijos y tener hacia ellos una mirada crítica desde pequeños. Si no lo hacemos y nos limitamos a una mirada ausente pensando que nosotros nos vamos a librar de todos los males, podemos enfrentarnos a situaciones difíciles. Toda prevención es poca.
"Lo que muestra la serie no es extrapolable a España, donde los homicidios por parte de los menores son puntuales"
¿Un chaval de 14 años agresor nace o se hace?
Las dos cosas. Un agresor nace cuando tiene un cierto nivel de psicopatía, algo muy estudiado por la psicología clínica. Se trata de un condicionamiento que viene de él mismo, pero solo eso provoca un porcentaje mínimo de los casos de violencia. Tenemos muchas personas con niveles de psicopatía perfectamente integradas. Lo que ocurre es que puede tener un elemento añadido, un tinte sádico. Es lo que vemos en la serie durante la charla con la psicóloga, ahí nos percatamos cómo el protagonista disfruta del dolor y del miedo que está provocando en la otra persona. Ese punto sí que estamos obligados a detectarlo en nuestros hijos, tenemos que observar si están siendo violentos porque premeditan lo que van a hacer. Decimos que el agresor también se hace porque hay chicos que tienen una bajísima tolerancia a la frustración y son muy reactivos.
"Hay que estar muy atentos a nuestros hijos y tener hacia ellos una mirada crítica desde pequeños"
¿Qué significa eso?
Que están malinterpretando las conductas de las figuras de autoridad, las interpretan como agresiones hacia ellos. Los reactivos reaccionan con violencia. Nuestro deber es identificar si nuestro hijo es violento. Es decir, si está premeditando lo que va a hacer, premeditando la violencia –por ejemplo, coger un cuchillo, acorralar a la víctima y acuchillarla– o si es reactivo. En este segundo caso, él es ‘normal’ pero sufre un bajo nivel de autocontrol y no dispone de habilidades emocionales, así que reacciona porque interpreta que le están agrediendo.
"Los chavales disruptivos han secuestrado la autoridad de colegios e institutos"
Los dos casos son igualmente peligrosos.
Sí. Estamos acostumbrados a decir que los psicópatas son peligrosos, pero, como te decía, tenemos muchos psicópatas integrados en la sociedad. No producen daño físico a los demás, es una violencia psicológica más difícil de medir, suelen ser figuras de autoridad que se hacen con el poder. Sin embargo, un chico con pocas habilidades sociales y baja tolerancia a la frustración que es reactivo si tiene un momento de pérdida de control y es víctima de unos estresores externos (estímulos que generan estrés) puede llegar a cometer un delito, una acción de la que luego se arrepentirá pero, en ese momento, la lleva a cabo inundado por la rabia. He trabajado con chicos con delitos de sangre que habían cometido verdaderas atrocidades. Y se puede distinguir perfectamente quién tenía premeditación y ausencia total de remordimiento y quién, con el mismo nivel de delito, era un reactivo. Es más fácil trabajar con el segundo que con el primero. Con el segundo puedo hacer una labor de reeducación. Con el primero es muy difícil.
"Con los menores de violencia premeditada apenas se puede hacer nada porque son ellos mismos los que no quieren cambiar"
¿La reeducación funciona?
A nivel general sí, pero se tiene que dar algo fundamental: que consigamos el vínculo del chico reactivo con sus terapeutas. Si no es imposible, aunque haya un programa de educación. Con los menores de violencia premeditada apenas se puede hacer nada porque son ellos mismos los que no quieren cambiar.
El Gobierno británico ha explicado en redes que los creadores de la serie han pedido que se vea en el Parlamento y en los colegios para que se produzca un debate sobre la adolescencia y la toxicidad de las redes sociales y los 'influencers misóginos'.
Ese debate es más que necesario. 'Adolescencia' impacta tanto no solo por las interpretaciones y por cómo está rodada sino porque los espectadores la terminan preguntándose si el protagonista puede ser su hijo y no lo saben. Más allá del asesinato, hay dos temas fundamentales. Nuestros menores están abandonados en el océano de las redes, les estamos exponiendo a peligros porque navegan sin rumbo ni supervisión. Otro tema básico es poner la mirada en los centros escolares y la necesidad de recuperar la autoridad de los docentes.
"Un chaval agresor nace, pero también se hace si tiene bajísima tolerancia a la frustración y es muy reactivo"
El colegio, de hecho, queda muy mal retratado en la serie. El agente policial lo define como "corral de borregos" donde nadie aprende y donde los profesores están desinformados y sobrepasados.
Ese capítulo muestra qué ocurre en un centro educativo donde el poder lo llevan los alumnos disruptivos, algo que está pasando en España. Los chavales disruptivos han secuestrado la autoridad de colegios e institutos. Los adultos tenemos miedo hasta de confrontar sus conductas. Por la teoría del péndulo, hemos pasado de ser hiperpunitivos a no poder decirles ni que las normas están para cumplirse. Tenemos pavor de pedir a los alumnos que se pongan en fila. Ahí tienes el caldo de cultivo perfecto que muestra la serie: un chico violento con premeditación, abandonado en el océano de internet y con falta de autoridad en el centro de estudios. Se dan todos los condicionantes. Habrá quien piense que la culpa es de unos padres ausentes. Es verdad que hay que estar presentes, pero también hay factores externos como estos que pueden desencadenar la debacle.
"Hemos pasado de ser hiperpunitivos a no poder decirles ni que las normas están para cumplirse"
¿Los docentes tienen miedo a sus alumnos o a sus padres y madres, que siempre les defienden?
Se sienten desprotegidos, tienen miedo al alumno, a la familia y al sistema que les pide que inunde su jornada con trámites administrativos. Lo que tiene que hacer un profesor es estar con sus estudiantes. Es una pérdida de tiempo mirar un ordenador en lugar de mirar a tu alumno. Es el cóctel perfecto. Tenemos adolescentes maravillosos, pero la realidad es que los desafiantes se están haciendo con el poder. Dentro de 20 años vamos a tener un considerable problema.
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