INVESTIGACIÓN

Canibalismo: la historia tras el tabú

A lo largo de la historia, el canibalismo ha estado presente no solo en situaciones extremas, sino también como práctica terapéutica, donde partes del cuerpo humano eran utilizadas con fines medicinales y místicos. El historiador Abel de Lorenzo investiga estas prácticas documentadas en diferentes períodos.

Un proceso de curación con sangre humana recogido en ‘Petrus de Ebulo: Liber ad honoren Augusti’ (1196). | Burgerbibliothek de Berna

Un proceso de curación con sangre humana recogido en ‘Petrus de Ebulo: Liber ad honoren Augusti’ (1196). | Burgerbibliothek de Berna

M. González

Vigo

"El canibalismo es una práctica muy extendida en el reino animal y los humanos no suponen una excepción", publicó Bill Schutt, profesor de biología en la Universidad de Long Island, en su libro Canibalismo: una historia perfectamente natural: "Lo que nos hace diferentes son los rituales, la cultura, los tabúes. Nos han programado para creer que el canibalismo es lo peor que puedes hacer".

El doctor de la Universidad de Santiago de Compostela Abel de Lorenzo (Facultade de Historia, Instituto de Investigación en Humanidades), actualmente investigador invitado en la Universidad de París 1 Panthéon-Sorbonne, desvela en un trabajo reciente que hay evidencia de la ingestión de partes del cuerpo humano por otros seres humanos en Europa occidental, tanto en la prehistoria como a lo largo de los siglos posteriores.

"Para la Edad Media existen referencias sobre cómo el canibalismo fue recurrente en periodos de hambrunas, de guerras, de motines y de otros momentos límite de la convivencia social. Sin embargo, también existió una forma de canibalismo terapéutico que consideraba algunas partes del cuerpo humano útiles como medicamentos", apunta el historiador en Hagiofagia y tanatofagia. Curación y creencia en la ingesta de restos humanos en la Alta Edad Media ibérica, publicado en el libro An Embodied Religion.

Emperador Constantino

Partiendo de una leyenda referida al emperador Constantino, "en la cual se explica que se curó, o intentó curarse, de su lepra a partir de sangre de niños", Abel de Lorenzo se encontró con "una ley del código jurídico de la época, el Liber Iudicum, en el que se hablaba de los castigos referentes a la gente que profanaba tumbas para buscar remedium", expone.

Tras la sorpresa inicial, siguió con las pesquisas. "Es una ley antigua que ya venía de otra época romana; siempre hay que ser muy crítico cuando se leen estas leyes y tener en cuenta, sobre todo, qué significaba la palabra remedium para su época", destaca. "Comparando y buscando entre otros autores, efectivamente, tenía un carácter médico, se refería a profanar tumbas para buscar algún tipo de medicina", corrobora.

Prohibiciones de diferente nivel

Es difícil poner una fecha de nacimiento a estas prácticas, aunque apunta que "las primeras prohibiciones ya se remontan al siglo IV, principios del siglo V". "En el período que va del año 400 al año 1.000", añade, "hay una serie de prohibiciones y de diferente nivel en las que hay, posiblemente, una práctica o una creencia detrás".

De hecho, en su investigación también habla de prácticas de hagiofagia: "Aceites que pasaban por la tumba de un santo, agua e incluso restos de polvo y piedras del sepulcro eran ingeridos para buscar la curación y el efecto milagroso de estos ‘fragmentos de eternidad’. Es una especie de refinación del canibalismo".

"Podría considerarse que en situaciones límite se puede recurrir a ese tipo de prácticas para mantener la vida. Lo más extraño es que, relativo a la antropofagia, existan este tipo de creencias terapéuticas", destaca. En este contexto, Abel de Lorenzo destaca que "la sangre ha sido siempre el fetiche, desde la antigüedad, con la leyenda de Constantino, hasta la actualidad, con las leyendas de vampiros".

Antropoterapia

"Algunos manuscritos médicos en el siglo IX sí se refieren a partes concretas del cuerpo humano, que se podría llamar antropoterapia, como los dientes, la orina, el cabello, incluso a la grasa humana", enumera. "Lo difícil es poner la frontera entre la superstición, la medicina y la magia", destaca. "El misticismo es evidente que está ahí ya desde el principio del cristianismo. La propia liturgia cristiana, la propia interpretación teológica recta de qué es la liturgia y la comunión, es explícitamente caníbal, porque es el cuerpo de Cristo, llevado a un plano teológico", expone. "Desde el principio, a los cristianos se les acusó de realizar este tipo de prácticas que para algunos romanos eran aberrantes. Curiosamente, los cristianos, un tiempo más tarde, acusaban a algunos herejes de prácticas semejantes, de mezclar sangre de niños para sus liturgias, e incluso en la Edad Media acusaban a los judíos de matar a niños para hacer este tipo de ritos terribles. Era como una especie de propaganda que se iba transmitiendo".

También era una forma de diferenciar a los pueblos más bárbaros: "Hay una especie de reglas humanas que consideramos ‘hechos límite’ de la civilización: el canibalismo, el incesto, determinado tipo de violencias... Son consideradas antihumanas y, ocasionalmente, como tenemos que justificar que nuestra cultura o nuestra civilización es superior, echamos en la de enfrente determinadas acusaciones. Pasó en la colonización de América, en la de África tiempo después, pero es lo que pasaba también en la época medieval".

Integridad corporal

El cristianismo tenía una consideración del cuerpo humano en cuanto su integridad. "Una vez muerto, resucitaría en cuerpo y alma, por lo que era abominable que un ser humano consumiese a otro ser humano", dice Abel de Lorenzo, que también habla sobre la consideración de la "integridad del cuerpo post morten, como una señal de respeto, que es algo que hoy en día tenemos completamente asumido".

Esta consideración ha tenido un importante impacto también en temas como las donaciones de órganos: "El corazón se consideraba la sede del alma, lo más importante del cuerpo casi. Y aunque vivimos en una era hiper tecnológica y súper moderna, somos hijos del pasado y tenemos este tipo de creencias".

Un fenómeno "universal"

El canibalismo es, además, "un fenómeno universal", afirma. "El término canibalismo y caníbal se crea cuando se considera que algunos pueblos del Caribe tenían prácticas antropofágicas y, por eso, era legítimo colonizarlos, conquistarlos".

Pese al tabú que todavía planea sobre el canibalismo, y "más allá de lo truculento", el historiador apunta la necesidad de "estudiar también estas dimensiones molestas del pasado".

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