El joyero familiar está de moda: del rechazo al furor en redes sociales

La joyería antigua y vintage vive una segunda edad dorada por el interés que personas influyentes en la moda y estilo de vida han generado en torno a estas piezas exclusivas, únicas y también accesibles

Triunfan los diseños de la Belle Époque, el Art Déco o la época victoriana: "Las chicas jóvenes han sabido incluir estas joyas en sus estilismos diarios apostando por la diferenciación", señala la firma valenciana especializada, Marfil Heritage

La influencer Carmen García con dos lazos de broche y un anillo, piezas antigas, de Marfil Heritage.

La influencer Carmen García con dos lazos de broche y un anillo, piezas antigas, de Marfil Heritage. / Marfil Heritage

Amparo Soria

Amparo Soria

Valencia

Es hora de rescatar las joyas antiguas que andan por casa, ocultas en cajas que han cogido polvo en los últimos años, desde que se guardaron en algún momento del último medio siglo y que nunca más se han vuelto a sacar por ser demasiado ostentosas, coloridas o recargadas. Lo que en la última década han sido consideradas antiguallas, vuelven a verse en los 'feed' de Instagram o TikTok, en cuentas de personas influyentes que, de una manera sorpresiva, pero agradable e incluso nostálgica, han sabido integrarlas en conjuntos del día a día o de invitadas a bodas o grandes eventos.

No es una tendencia viral: es una nueva muestra de estilo. Lo confirma la marca valenciana Marfil Heritage, una línea especializada en joyas antiguas y vintage de Marfil Joyeros. Su responsable de Marketing y segunda generación de empresarias dentro de esta firma clásica, Begoña Marfil, asegura que desde que lanzaron este segmento, impulsados por el gusto propio por este estilo, "participábamos en ferias internacionales y había una zona pequeña y acotada para estos modelos mientras que ahora ya destinan un pabellón entero".

Este cambio en la tendencia de mercado se ha producido, indudablemente, gracias a las redes sociales con la proliferación de prescriptoras de estilo. "Lo que antes veíamos como piezas de señoras, esos joyones un poco desfasados, clásicos, demasiado antiguos, han sido adaptados por las personas más jóvenes en sus estilismos diarios, así como en las bodas, tanto por parte de invitadas como las propias novias, que eligen broches propios, familiares, o los heredados, para decorar velos, o tirantes o el propio vestido", señala Begoña Marfil.

Lo cierto es que tanto la generación zeta como la milenial ha integrado perfectamente piezas de hace cien años. ¿Cómo? Sin prejuicios y con una necesidad de salir de las tendencias mainstream que dominan el mercado. En las principales vías comerciales de las ciudades españolas abundan las tiendas de joyería low-cost, con centenares de modelos de pendientes y collares, anillos y todo tipo de complementos al alcance de cualquier bolsillo.

Algunas piezas de joyería antigua de Marfil Heritage.

Algunas piezas de joyería antigua de Marfil Heritage. / Marfil Heritage

Precios equivalentes a la joyería actual

Sin embargo, en joyería antigua se manejan los mismos precios que en la joyería contemporánea o la común. Puede haber diferencia según su exclusividad y si son de alguna marca internacional como puede ser Cartier, pero habitualmente los precios no son especialmente diferentes: en la línea vintage de Marfil hay broches desde 500 euros, anillos con piedras como la espinela o el topacio en torno a los 1.000 euros incluso diamantes y esmeraldas por 700 euros. "Todo depende del peso del metal, de la calidad de las piedras y del trabajo de orfebrería", señala Begoña Marfil, quien añade que es cada vez más habitual que se busquen estas joyas para novias jóvenes que se casan y que buscan llevar piezas más especiales.

Sin lugar a dudas, el estilo más cotizado es el Art Déco característico de la década de 1920, con diseños geométricos inspirados en el cubismo. También de la Belle Époque, que se caracteriza por su delicadeza y ligereza, mientras que el Art Nouveau se reconoce por los esmaltes, perlas o las turquesas. También se busca el estilo victoriano e isabelino y tal es el interés por todos estos estilos que en muchos casos los especialistas del sector deciden crear réplicas para poder atender a la demanda y suplir la carencia en el mercado. Las piezas originales, sin embargo, destacan por el proceso 100 % artesanal, por las irregularidades de cada pieza que la hacen ser única frente a los diseños estandarizados y pulidos de hoy en día.

Ahora bien, cabe diferenciar entre una joya antigua, que es aquella que tiene más de 100 años, y una vintage, que tiene al menos 20 años y su valor estético y de diseño es representativo de su década de creación.

El anillo de Diana y Kate, un antes y un después

El anillo de zafiro de Kate Middleton, en una imagen de archivo.

El anillo de zafiro de Kate Middleton, en una imagen de archivo. / EPC/GTRES

El joyero valenciano Pablo Jordán, de la firma Jordán Joyeros, que comparte con su hermano Antonio, cree que el inicio de esta vuelta a la palestra de estos estilos en joyería puede situarse en el anillo de pedida de Kate Middelton, que el príncipe Guillermo le regaló en 2010 y que llevó su madre, Diana de Gales, desde 1981. La creación se remonta a 1840, al joyero Garrard, y nunca un anillo tuvo tantas réplicas: por activa y por pasiva, una vez se hizo público el compromiso de los príncipes británicos, este modelo de zafiro empezó a reproducirse en las manos de 'influencers' de moda que han estandarizado este tipo de anillo desbancando, por poco, a los tradicionales solitarios.

Jordán también cree que la joyería, en general, está de moda, "aunque nunca ha dejado de estarlo porque sigue siendo un regalo seguro y un valor fijo". El joyero valenciano da una de las claves, porque en la compra de estas piezas antiguas hay también una apuesta y garantía de que nunca se venderá por un precio inferior. "Luego, los estilos pueden ir cambiando, como pasa en la moda, y adaptándose: los pantalones campana se dejaron de usar y cuando vuelven lo hacen con algunas adaptaciones", afirma.

Sacar los aderezos de fallera, una buena idea

En esa nueva tendencia por apostar por piezas únicas y diferenciadas de la joyería discreta, no han sido pocas las que han apostado por desestacionalizar los pendientes y collares tradicionales de los vestidos de fallera. Para la especialista en joyería antigua, los pendientes, broches o collares de fallera antiguos tienen un trabajo especial, "con filigranas y perlas pequeñas preciosas". Asegura que en Estados Unidos "gusta mucho y lo reconocen como joya española". "Yo misma los he usado fuera de España en diferentes eventos", asegura, y cree que, aunque no sean antiguos, "hoy en día también se hacen sets bonitos, aunque no tan especiales como los antiguos, con oro y piedras preciosas", concluye.

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