Fumata blanca y fumata negra: ¿cómo se consigue el humo que anuncia un nuevo Papa?
La fumata negra indica que la elección del nuevo Papa no ha fructificado. / EFE
La muerte del Papa Francisco a primera hora de la mañana de este lunes abre un nuevo capítulo en el Vaticano. El pontífice, de 88 años, ingresó en febrero en el hospital Agostino Gemelli de Roma. Su salud se había ido debilitando en los últimos años, tanto que desde hacía un tiempo se rumoreaba que podría abdicar del cargo. Su pontificado se ha extendido durante 12 años (asumió el cargo el 13 de marzo de 2013).
El deceso del Papa obliga a la Iglesia a escoger al próximo ocupante del trono de San Pedro. Una vez que se inicia el proceso, que arrancará dos semanas después de la muerte del actual pontífice, comienza el cónclave para la elección de su sucesor.
La Capilla Sixtina se convierte ahora en la gran protagonista, pues tradicionalmente esta sala acoge el cónclave que decidirá el futuro Papa, y de su chimenea saldrá el humo que anunciará si hay acuerdo o si, en cambio, todavía no hay nuevo pontífice.
Cómo se consigue la fumata negra
La fumata negra señala que todavía no hay una decisión tomada sobre quién heredará el cargo que deja Francisco en la Santa Sede. Según el Vaticano este humo coloreado se obtiene de la mezcla de perclorato de potasio, antraceno y azufre.
Cómo se consigue la fumata blanca
Si a través de la chimenea de la Capilla Sixtina el humo que sale es blanco significa, por contra, que la votación del cónclave ha sido exitosa y que ya hay un nuevo Papa. Tras la fumata, el cardenal protodiácono aparecerá en el balcón de la basílica de San Pedro para anunciar el "Habemus Papam" y dar el nombre del nuevo pontífice.
El humo blanco que anuncia que la Iglesia tiene un nuevo Papa se consigue, según informa el Vaticano, mezclando lactosa, clorato de potasio y clorofonia (una resina que se obtiene del pino amarillo).
La chimenea de la Capilla Sixtina se ha modernizado con el paso de los años. A la tradicional estufa que se lleva utilizando desde el cónclave de 1939, del que salió elegido el Papa Pío XII, se añadió en 2013, para la elección del recién fallecido papa Francisco, una segunda estufa que, mediante un dispositivo electrónico, activa el color, lo que ayuda a la visibilidad de las fumatas. Esta segunda estufa va quemando un total de cinco cartuchos, uno tras otro, durante siete minutos.
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