ANTICONCEPTIVOS

Las red alimenta la "hormonofobia": miedo a la píldora

Los mensajes de rechazo hacia los anticonceptivos hormonales circulan por las redes sociales acompañados de bulos y de consejos que con las etiquetas de "naturales" y "seguros" abren la puerta a embarazos no deseados. Algunos expertos hablan de "hormonofobia".

Una mujer sostiene un blíster de píldoras anticonceptivas.

Una mujer sostiene un blíster de píldoras anticonceptivas. / Fre

Ágatha de Santos

Vigo

Desde hace un tiempo, los mensajes de rechazo hacia los anticonceptivos hormonales, entre los que se encuentran la píldora y el DIU hormonal, proliferan en las redes sociales. Las dos principales razones que se esgrimen son sus posibles efectos secundarios y la percepción de los riesgos asociados a las hormonas que contienen –estrógeno o progestina, dos hormonas que se producen de forma natural en los ovarios–. Se critica también que a menudo se prescriban de forma sistemática para evitar el dolor menstrual intenso sin causa patológica o para tratar otras irregularidades o trastornos en el ciclo menstrual.

Aunque el rechazo a las hormonas no es algo nuevo, en redes sociales como TikTok se están expandiendo ideas sin ninguna base científica que parecen estar calando entre las jóvenes. Muchos especialistas hablan de "hormonofobia", especialmente en los tratamientos y usos anticonceptivos. Como opción «segura y sin hormonas» algunas influencers y sitios web proponen prácticas como el "natural cycles", que consiste en medir la temperatura corporal diariamente para conocer qué días son fértiles y cuáles son "seguros" para mantener relaciones sexuales sin ninguna protección. Esta desprotección es lo que más preocupa a los especialistas, que lamentan que este tipo de informaciones dejen a las mujeres expuestas a gestaciones no deseadas.

Tímido descenso

La última encuesta de anticoncepción de la Sociedad Española de Contracepción (SEC) "Hábitos de la población femenina en relación al uso de métodos anticonceptivos" correspondiente a 2024 refleja un tímido descenso en el uso de este tipo de métodos anticonceptivos y, aunque la píldora sigue siendo el anticonceptivo más utilizado después del preservativo, su uso ha disminuido respecto a años anteriores, sobre todo en el caso de chicas jóvenes. Dolor de cabeza, cambios en el estado de ánimo, disminución de la libido y aumento de peso son algunos de los posibles efectos adversos que preocupan a las mujeres y que en las redes se aderezan con bulos e informaciones sin evidencia científica, como los problemas para concebir después, el crecimiento de vello e incluso cambios en la atracción sexual. Estos posibles efectos secundarios pesan más que sus beneficios más allá de prevenir un embarazo no deseado, como que estos métodos ayudan a regular los sangrados abundantes, previenen la anemia y pueden reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer, como el de ovario y endometrio.

"Son grupos muy minoritarios, pero que hacen bastante ruido"

Javier Valdés

— Ginecólogo, presidente de la Sociedad Gallega de Anticoncepción

Según el ginecólogo e investigador Javier Valdés Pons, presidente de la Sociedad Gallega de Contracepción (SOGAC), en el día a día de las unidades de planificación de Galicia no se ha notado un "cambio importante" en la aceptación o no de estos fármacos hormonales, aunque reconoce que aún hoy persisten falsos mitos sobre los métodos anticonceptivos, que atribuye a una falta de información. "No creo que haya un volumen importante, aunque es cierto que esa gente existe, como también hay quienes quieren tener el parto en casa. Son grupos muy minoritarios, pero que hacen bastante ruido", explica.

Conocer a cada paciente

Una de las grandes creencias sobre la anticoncepción hormonal que persiste es su relación con el cáncer. Respecto a esto, el especialista gallego asegura que los estudios muestran que el riesgo es relativo, por lo que es importante conocer bien los beneficios y los riesgos de estos métodos a partir de la historia clínica de cada paciente. "Si eres una mujer sana y tu carga genética es baja, el riesgo es muy bajo. Todos tenemos riesgo de desarrollar cáncer y cada vez habrá más casos porque cada vez vivimos más años", explica este especialista, que añade que, aunque las moléculas de estos fármacos son las mismas que hace ochenta años, estos han mejorado considerablemente desde entonces, reduciéndose sus efectos secundarios.

A pesar de esto, el ginecólogo gallego resta importancia a la "hormonofobia" y asegura que cada vez más las mujeres que acuden a planificación familiar para que se le prescriba un tratamiento para evitar embarazos no deseados. Este aumento en el uso de métodos anticonceptivos se refleja también en la última encuesta bienal de la SEC, que recoge el dato más alto en las series históricas desde 2014.

Los métodos anticonceptivos no son los únicos afectados por la "hormonofobia"; también lo es la terapia hormonal sustitutiva (THS), que se prescribe para compensar la falta de estrógenos durante la menopausia. Según el doctor Valdés, ya a principios de este siglo, un ensayo que relacionaba la THS con un aumento del riesgo de problemas cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y cáncer de mama provocó una crisis en su prescripción.

"Se dejó de recomendar, algo que, en mi opinión, fue un tremendísimo error, porque hemos privado a un grupo de población que en esa época tenía entre 45 y 55 años de aprovecharse de las grandes ventajas que tiene esta terapia frente a los efectos que provoca la falta de estrógenos", afirma el ginecólogo.

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