Entrevista

Jordi Bertomeu, investigador del Vaticano: "Estamos ante el cónclave más universal y también más incierto"

El responsable de las investigaciones sobre sectas en la Iglesia asegura que las investigaciones hechas en abusos y pederastia no corren peligro con un nuevo papa

Monseñor Jordi Bertomeu, en la Nunciatura Apostólica de Lima, Perú, durante sus investigaciones para el Vaticano.

Monseñor Jordi Bertomeu, en la Nunciatura Apostólica de Lima, Perú, durante sus investigaciones para el Vaticano. / Fotos cedidas por Jordi Bertomeu.

Jan Magarolas

Tarragona

La muerte del papa Francisco ha dejado a medias algunos de los procesos de limpieza y renovación interna de la Iglesia católica. Hace pocos días se anunció la supresión del Sodalicio de la Vida Cristiana, una secta internacional ubicada en Latinoamérica. Se trató de la primera vez que el Vaticano disolvía una organización de estas características. La decisión se tomó tras una larga investigación con un catalán al frente, monseñor Jordi Bertomeu, de Tortosa. En esta entrevista con EL PERIÓDICO, el misionero especial y oficial del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, uno de los hombres de confianza de Francisco, explica la importancia de la lucha contra los abusos de poder y la pederastia en la Iglesia y cómo quedan ahora ante el inminente inicio de una nueva era en la Santa Sede.

Quedan pocos días para el cónclave que debe elegir al sucesor de Francisco. ¿Cómo lo prevé?

Si leemos la historia más reciente, sacamos la conclusión de que la Iglesia siempre ha avanzado en continuidad, nunca dando saltos. Al papa lo escogen los cardenales que, en gran parte, eligió el anterior pontífice, por lo que debemos prever que habrá continuidad con la función de Francisco. Las únicas diferencias entre los papas son el carisma personal y la manera que tienen de ver los problemas cada uno de ellos, así como la circunstancia histórica del momento. Son matices sobre cómo enfocar la vida de la Iglesia y cómo debemos presentarla al mundo. Esto es lo que diferencia a un papa de otro. ¿Cómo será el cónclave? Por lo que hemos visto en las congregaciones generales, que son las reuniones previas de los cardenales, se está tomando la temperatura del mundo y decidiendo cómo se debe posicionar la Iglesia católica. Siempre pensando en el predecesor y en los anteriores papas. Habrá cierta continuidad.

"En las reuniones previas de los cardenales se está tomando la temperatura del mundo: habrá cierta continuidad"

Usted fue una persona muy cercana y de confianza de Francisco. ¿Cómo lo definiría?

Francisco fue un papa muy polifacético. Todos son difíciles de catalogar, pero este lo fue más. Desde un punto de vista político, quiso mantener la libertad de la Iglesia respecto a las grandes potencias del mundo: así como muchos piensan que existen imperios buenos e imperios malos, para Francisco no había imperios buenos. Por lo cerca que lo he tenido en el trabajo, él tenía un modo de pensar muy particular sobre el poder y su ejercicio: decía que cuando este poder se ejercía tóxicamente, se acaba convirtiendo en un abuso, en el abuso de poder. Lo que han hecho los casos de pederastia en la Iglesia es suscitar una profunda reflexión sobre el ejercicio de este poder.

Francisco fue un papa muy polifacético, difícil de catalogar

Hablando de poder: hace solo unos días el Vaticano suprimió la secta del Sodalicio de Vida Cristiana.

Fue a finales de 2022 cuando el Papa me envió de misión especial al Perú para estudiar el Sodalicio, que era un grupo eclesial fundado en 1971 por un laico, Luis Fernando Figari. Inicialmente, quería ser un partido político de extrema derecha a imagen de la Falange que rápidamente se radicalizó. La investigación determinó que eso tenía un componente de secta abusiva muy claro, y la respuesta de Francisco fue clara: suprimir todas las ramas de la organización. Y además, con indicios de corrupción económica. Es la primera vez en la historia que la Iglesia elimina un grupo con estas características. El Papa fue abriendo los ojos progresivamente sobre este tema, y esta es una de sus genialidades: si veía que tenía que cambiar el modo de ver las cosas, lo hacía, lo cual era más complicado a su edad. Poco a poco fue descubriendo que hay gente muy vulnerable que sufre abusos de poder o de autoridad; la acción contra el clericalismo le llevó a hacer esta profunda reflexión sobre el poder.

Jordi Bertomeu con el papa Francsico.

Jordi Bertomeu con el papa Francsico. / Cedida

¿Y sobre los casos de pederastia?

El Papa pasó de un rechazo claro y decidido a los casos de pederastia dentro de la Iglesia a impulsar grandes avances: tanto contra los abusos sexuales como contra su encubrimiento. Y también contra otras formas de abuso, como los adultos vulnerables. Además, nunca dejó de querer manifestar a las víctimas su reconocimiento, su proximidad, lo cual implica un cambio de mentalidad.

"Los casos de pederastia en la Iglesia han suscitado una profunda reflexión sobre el ejercicio del poder"

¿Qué se hace en la Iglesia para evitar más casos de pederastia?

Lo he vivido desde cerca: la Iglesia está haciendo los deberes. Se está haciendo todo lo posible para luchar contra los abusos y para conseguir un espacio seguro para todo el mundo. Hoy día las diócesis y las parroquias tienen protocolos para evitar estas situaciones, espacios para compartir experiencias y consejos para proteger y tutelar a los hermanos más vulnerables. La pederastia en la Iglesia ya está más controlada, pero siempre habrá algún caso por algún indisciplinado.

¿Con el cónclave y la elección del nuevo papa se ponen en peligro los avances en estos temas del pontificado de Francisco?

Insisto: no veo saltos importantes en la historia reciente de la Iglesia. El mismo papa Francisco no hizo grandes saltos doctrinales: hubo continuismo. Las investigaciones y los avances no corren peligro con un nuevo papa.

¿Cuáles serán los próximos pasos en sus investigaciones?

Tengo que acabar el trabajo que me encomendó Francisco. Hemos suprimido las cuatro ramas que fundó Figari y ahora, como comisario, debo liquidar los bienes de la organización y ayudar a los miembros, unos 500 consagrados, a rehacer sus vidas. Veremos si continúan en algún tipo de consagración o si se tienen que inserir directamente en la sociedad civil. Y habrá más investigaciones: es posible que el próximo papa quiera poner en marcha nuevas misiones especiales.

Es posible que el nuevo papa quiera poner en marcha nuevas misiones especiales

¿Cómo ve las reacciones del ala más conservadora ante la posibilidad de un papa cercano a Francisco? Han llegado a advertir de la posibilidad de un cisma en la Iglesia.

Esta es una reacción identitaria propia de una sociedad que no es capaz de ver que puede haber más modos de ver las cosas. Hay otras sensibilidades dentro de la Iglesia, como la de Francisco, que pasan por un diálogo sin perder la identidad. El mundo necesita este diálogo, necesita el consenso. Y a veces este concepto no está tan de moda como nos podíamos imaginar. Hoy día, por ejemplo, han aparecido ideas que hace una década eran impensables.

Pero un cisma en la Iglesia no es algo menor. ¿Se trata de una amenaza?

Sí. Actualmente, no hay grandes propuestas cismáticas, exceptuando ciertos matices. Diferencias que generan mucho revuelo, mucho ruido, y que se deben resolver, pero que también son propias de católicos que viven su fe en una cultura que no es la misma que la nuestra. Por ejemplo, a Francisco le llegó la gran contestación doctrinal desde Estados Unidos, donde tres de cada cuatro creyentes son protestantes y tienen una cultura calvinista. Es normal que estos cristianos puedan tener un tinte puritano y algunas diferencias.

"En la sociedad de la información y de la desinformación, solo hace falta que un nombre sobresalga para ser destrozado como candidato"

Monseñor Jordi Bertomeu.

Monseñor Jordi Bertomeu. / Cedida

¿Qué piensa acerca de las listas de papables que se han publicado?

Siempre las hay y es normal porque todos queremos saber quién será el nuevo papa. Pero justamente en el último cónclave se tapó el nombre de Francisco y no salía como posible. En la sociedad de la información y de la desinformación en la que vivimos, solo hace falta que un nombre sobresalga un poco para que le destrocen como candidato. Y en un cónclave como el que se avecina todavía tienen menos sentido las listas de papables porque nos dirigimos a una nueva hegemonía mundial, con unas democracias que parecen estar en retroceso ante los populismos y la polarización social. Se han doblado los cardenales africanos y asiáticos, se han reducido los italianos: esto convierte en el cónclave en el más universal, con un resultado incierto.

¿Así que deberíamos esperar a que el nuevo papa fuera alguien que no saliera ni en las listas de papables porque se le habrá tapado?

Podría ser, así pasó la última vez. También pienso que se buscará a un candidato que dé respuesta a los retos del presente de la Iglesia y que goce del consenso de los votos y pueda reunir las sensibilidades a ambos lados.

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