Julio Rimoldi, amigo íntimo del Papa: "Había dos cosas que ponían de muy mal humor a Francisco: la corrupción y la traición"

Pocas personas han conocido tan bien al papa Francisco como Julio Rimoldi, con quien tenía una relación casi filial, como padre e hijo. Ambos fundaron en Argentina el Canal 21 y Profuturo, un programa de educación digital destinado a reducir la brecha educativa, impulsado por Fundación Telefónica y Fundación "la Caixa". Rimoldi explica en esta entrevista con EL PERIÓDICO cómo era el Papa en privado, cuáles eran sus aficiones e intereses.

¿Cuándo y cómo conoció al papa Francisco? Lo conocí en 1992, cuando él llegó a Buenos Aires procedente de Córdoba, en Argentina. Tuve la suerte de ser unos de los primeros que habló con él, almorzamos juntos y ahí comenzó nuestra relación. Yo dirigía una productora de programas de televisión del Arzobispado de Buenos Aires y él llegaba para ser obispo auxiliar de la diócesis. Él me confesó que no veía la televisión por una promesa a la Virgen del Carmen, pero que era consciente de la importancia de los medios para llegar a toda la gente, incluidas las ‘periferias’ como él decía.

"No sé si hizo todo los cambios que quería, pero sí logró los que más le preocupaban"

¿Cómo fue su relación? Nuestra relación comenzó siendo laboral, como jefe y empleado, luego pasó a ser de amistad, dada nuestra cercanía y al final fue filial, como un padre y un hijo. Conversábamos mucho de todo, de trabajo, de la salud, de la familia, etc. Nos juntábamos los fines de semana para ver películas en DVD, que le regalaban. Y pasábamos un rato juntos cada cumpleaños. De hecho, la primera vez que le visité siendo Papa, fue el día de mi cumpleaños, en 2013.

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"Francisco y yo fundamos el Canal 21 y me pidió que la programación no tuviera olor a sacristía, sino que fuera un canal popular, humanista e interreligioso"

¿Qué proyectos formaron juntos? En el año 2005, fundamos el Canal 21, del cual fui director general hasta el 2023. Él lo quiso así, porque decía que era una tarea de laicos. Francisco me pidió que la programación no tuviera olor a sacristía, sino que fuera un canal popular, humanista e interreligioso. Después, en 2014, nos reunió a un par de personas y nos transmitió su preocupación por los niños de entornos vulnerables y la importancia de la educación como herramienta para ayudar a estos niños a salir de la pobreza. Por eso, fundamos Profuturo, que tiene como objetivo reducir la brecha educativa en el mundo proporcionando una educación digital de calidad. Nuestro propósito es que los niños y niñas de entornos vulnerables puedan elegir el futuro que merecen.

"Era muy compañero, muy humilde. Dispuesto permanentemente a dar un consuelo y un abrazo al afligido"

¿Cómo era él en privado? Muy padre, muy compañero, muy humilde siempre. Dispuesto permanentemente a dar un consuelo y un abrazo al afligido. En fin, un santo en verdad. También era muy abierto, hablábamos de todo y discutíamos mucho, le conocí enojado, pero él siempre te dejaba alguna enseñanza y jamás guardaba ningún rencor. Aunque sí me confesó que había dos cosas que ponían de muy mal humor: la corrupción y la traición.

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"En su tiempo libre, fundamentalmente rezaba, escuchaba la radio, meditaba y escribía mucho, siempre a mano, porque no usaba ni ordenador ni móvil"

¿Cuáles eran sus aficiones, qué cosas le gustaba hacer en su tiempo libre? En su tiempo libre, fundamentalmente rezaba, escuchaba la radio, meditaba y escribía mucho, siempre a mano, porque no usaba ni ordenador ni móvil. Pero dedicaba la mayor parte de su tiempo a orar y rezar mucho, en especial a la Virgen y a San José, a quien veneraba.

¿Qué es lo que más destacaría de su legado? Su legado es muy extenso. Podría decir que hay un antes y un después en la Iglesia tras el papado de Francisco. Ha dejado una Iglesia abierta a todos, una Iglesia pobre para los pobres, una Iglesia que acompaña a creyentes y no creyentes; que acepta a cada uno como es, porque como él decía, somos todos hijos de Dios. No puedo decir si hizo todos los cambios que quería, pero estoy seguro de que logró los que más le preocupaban.

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¿Cómo ha recibido su muerte? Con un gran shock y una tristeza enorme. Siento una profunda orfandad. Nuestra relación era como de padre e hijo. Y perder dos padres en una sola vida, porque perdí a mi padre de sangre en 1990 y ahora a Francisco, es muy duro. Aún estoy procesando su ausencia.

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