Estudio científico
Una "reducción ambiciosa" de la contaminación atmosférica podría salvar hasta 250.000 vidas al año en Europa
Un análisis estima que la aplicación de políticas "más contundentes" permitiría minimizar un 90% la exposición a partículas finas, evitando así miles de muertes prematuras

Ejes verdes en Barcelona
Valentina Raffio
Reducir los contaminantes atmosféricos y las emisiones de gases de efecto invernadero no solo es beneficioso para el planeta sino que, tal y como apuntan innumerables estudios, también es positivo para nuestra salud. Según calcula un nuevo estudio publicado este lunes en la revista científica 'Earth’s Future', una "reducción drástica" de las emisiones podría evitar hasta 250.000 muertes prematuras al año en el conjunto de Europa en los próximos 25 años. "Avanzar hacia una sociedad neutra en emisiones supone un beneficio directo para nuestra salud", destaca el análisis, liderado por un panel internacional de científicos.
El trabajo, encabezado por el investigador Connor Clayton, de la Universidad de Leeds, analiza el impacto de tres posibles escenarios climáticos en la calidad del aire y, sobre todo, su relación con las tasas de mortalidad asociadas a contaminantes como las partículas finas y el ozono troposférico. Por un lado, se analizó el impacto de medidas laxas y, por otro, también se estudió qué pasaría en caso de aplicarse políticas mucho más ambiciosas.
Según explican los investigadores, la conclusión es clara. El escenario con más beneficios para la salud coincide con el más ambicioso a nivel climático, que contempla la reducción drástica de emisiones hasta alcanzar la neutralidad climática en 2050 y una reducción de las partículas finas de hasta 90%. Con ello, calculan los expertos, se podrían evitar hasta 250.000 muertes al año desde ahora hasta 2050.
"Los contaminantes atmosféricos y los gases y aerosoles que provocan el calentamiento global son lo mismo; son prácticamente dos caras de la misma moneda"
"Los contaminantes atmosféricos y los gases y aerosoles que provocan el calentamiento global son lo mismo; son prácticamente dos caras de la misma moneda", afirma el estudio, quien defiende que la lucha climática no solo es una cuestión medioambiental sino también un tema de salud pública. En este sentido, los expertos abogan por el despliegue de "acciones contundentes", que incluyan la descarbonización de sectores clave como la industria, el transporte y la agricultura. "Solo así se podrá lograr una mejora significativa y equitativa en la salud de la población", concluyen los especialistas que han liderado este trabajo.
Cada año mueren alrededor de ocho millones de personas en todo el mundo por causas relacionadas con la mala calidad del aire
La contaminación atmosférica sigue siendo el principal riesgo ambiental para la salud a nivel global. Según estiman varios informes de la Organización Mundial de la Salud y el Foro Económico Mundial, cada año mueren alrededor de ocho millones de personas en todo el mundo por causas relacionadas con la mala calidad del aire. En Europa, aunque en los últimos veinte años se han logrado progresos notables, a día de hoy todavía se registran cientos de miles de muertes anuales atribuibles a la contaminación. Algo que, según recalcan los expertos, se acentúa aún más según el nivel socioeconómico y la ubicación geográfica.
Los contaminantes más preocupantes son las partículas finas (PM2.5), que pueden penetrar profundamente en los pulmones y alcanzar el torrente sanguíneo. También preocupa el caso del ozono, que se forma cuando ciertos gases reaccionan con la luz solar. Ambos contaminantes están vinculados a una larga lista de enfermedades, que van desde problemas respiratorios y cardiovasculares hasta demencia, diabetes, cáncer de pulmón y complicaciones en embarazos. Según apuntan varios análisis, estas sustancias pueden penetrar en el cuerpo y provocar efectos dañinos en prácticamente todos los órganos. De ahí que científicos y médicos reclamen, con cada vez más fuerza, detener la contaminación como medida para proteger la salud.
Cada vez son más las sociedades científicas y médicas que piden detener la contaminación como medida para proteger la salud humana
El análisis publicado este lunes afirma que integrar esta filosofía es especialmente importante en un momento como el actual, en el que Europa se está replantea su hoja de ruta climática y energética y que, si no hay mayores imprevistos, próximamente deberá presentar sus nuevos objetivos de reducción de emisiones. "Este trabajo proporciona evidencia de que avanzar hacia una economía baja en carbono no es solo una necesidad ambiental, sino también una oportunidad histórica para salvar vidas y reducir desigualdades. Es fundamental integrar estos criterios de salud pública en la toma de decisiones", concluyen los investigadores.
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