Migración

Pueblos de acogida y oportunidad

La familia venezolana Velásquez Montero conforma uno de los núcleos más numerosos del proyecto "Mi pueblo acoge" impulsado por la Diputación de Zamora en colaboración con la Fundación Talento 58

23 familias procedentes del otro lado del Atlántico aterrizan en el medio rural zamorano huyendo de la inestabilidad y proporcionando una nueva vida a las zonas más despobladas

Inessa Paoly (primera por la izquierda) y José Rafael (centro) junto a sus tres hijos Santiago, Sebastián y Salvador en el municipio de Trabazos.  | JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ

Inessa Paoly (primera por la izquierda) y José Rafael (centro) junto a sus tres hijos Santiago, Sebastián y Salvador en el municipio de Trabazos. | JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ

Estefanía Vega

Trabazos

Los que hoy se desangran abren sus brazos en un doble gesto de acogida. Llegan procedentes de Venezuela, Colombia, Ecuador y Honduras, huyendo de la inestabilidad económica y social y en busca de un sueño de futuro compartido con la Zamora rural.

Un sueño que ya han comenzado a tejer 23 familias gracias al proyecto "Mi pueblo acoge" impulsado por la Diputación de Zamora en colaboración con la Fundación Talento 58. En total, 40 adultos, entre ellos una mujer embarazada, y 24 menores de edad que han aterrizado para dinamizar ocho pueblos de la provincia, además de a los dos principales núcleos de población, en un proyecto que certificó su éxito inicial en la frontera sayaguesa.

Fermoselle (6) abrió la puerta a una iniciativa que ahora se extiende también por Villalpando, con cuatro familias; Trabazos (2) Quintanilla del Monte (1); Alcañices (1); Asturianos (9); Villardeciervos (1); Castromil-Hermisende (1); Benavente (4) y Zamora (2).

Un proyecto con un triple objetivo ya que, mediante el impulso del empleo en las zonas rurales se busca asegurar el arraigo de nuevas familias en los pueblos ávidos de nuevos moradores y, sobre todo, de perspectivas de crecimiento en su censo. El tercer eje de este proyecto pasa por garantizar plazas de difícil cobertura, como la de farmacéuticos y médicos rurales, a través del talento foráneo. Hasta cinco profesionales de estos sectores ya prestan sus servicios en los centros de salud de Alcañices, Villalpando y Benavente (que gana dos profesionales) y a los que se suman otros dos auxiliares de clínica, también en Benavente y Fermoselle.

Pueblos de acogida y oportunidad

Pueblos de acogida y oportunidad

No menor es la demanda de trabajos relacionados con el mundo la construcción, la electricidad, la hostelería o la ganadería en una provincia ávida de mano de obra. Unos sectores que han sumado nueve empleados ligados al proyecto de "Mi pueblo acoge".

Llegan dispuestos a quedarse, con sueños de prosperar a nivel laboral y, sobre todo, de progresar. Muchos de ellos lo hacen con estudios superiores cursados en sus países de origen y que ahora deben convalidar. Un proceso desigual y que obliga en no pocos casos a cambiar de gremio a la espera del debido reconocimiento. Es el caso de José Rafael e Inessa Paoly, la primera familia asentada en el municipio de Trabazos y la más numerosa junto a otra residente en la ciudad de Zamora.

Ingeniero mecánico él e ingeniera industrial ella, abandonaron su Venezuela natal en 2018 en busca de un mejor porvenir. La vía más rápida pasaba por Perú, si bien la convivencia no fue fácil. Cuentan que "allá hay un choque cultural muy fuerte" que "arrastra" a los venezolanos que "vamos a trabajar y no queremos hacer mal a nadie".

"Simplemente, nos fuimos de Venezuela porque ya no podíamos sobrevivir. El que te diga que continúa allá es porque ahorita está manteniéndose gracias a las remesas que envían los familiares que han emigrado". La depreciación del bolívar provoca que esas remesas (transferencia de dinero) enviadas desde el extranjero se pierdan por el camino convirtiendo "100 dólares en 60".

Pueblos de acogida y oportunidad

Pueblos de acogida y oportunidad

A la escasez de productos de primera necesidad se sumó la xenofobia hacia el pueblo venezolano, lo que llevó a poner fin a su estancia tras seis años residiendo en una de las diez provincias de Lima. El donante no fue otro que un asalto a punta de pistola que sorprendió a José Rafael durante su trabajo conduciendo un camión: "Se me cruzaron dos motorizados y me colocaron un revólver en el cuello". En ese momento, reconoce que "lo primero que se me pasó por la mente fue la imagen de mi familia". Lo segundo, tomar la difícil decisión de volver a separarse.

Como ya hiciera anteriormente, José Rafael partió en solitario, esta vez rumbo a Madrid dejando a su familia de nuevo en Venezuela. Les dejaba en una situación difícil, pero alejados del rechazo y de las amenazas que se daban incluso en situaciones cotidianas como al ir a utilizar un ascensor.

Fue durante sus primeros trabajos en España "para hacer hucha" cuando una oferta de trabajo le llevó a contactar con la Fundación Talento 58 para, meses después, embarcarse hacia tierras alistanas. Su llegada a la estación de trenes de Zamora y el recibimiento realizado por parte del personal de la Diputación y del propio presidente y alcalde de Trabazos, Javier Faúndez, afianzó el primer paso para la esperada reagrupación de esta familia de cinco que completan los pequeños Santiago, Sebastián y Salvador.

Pueblos de acogida y oportunidad

Pueblos de acogida y oportunidad / José Luis Fernández

Trabazos aspira así a convertirse en otra tierra de refugio para la comunidad venezolana a la que en julio se sumará una segunda familia. El trabajo de José Rafael, primero como albañil en Alcañices y posteriormente como peón forestal dentro de la campaña de verano, se suma a la vivienda que brinda a los Velásquez Mora todo lo necesario para vivir. Un salto comparativo frente a su partida de una Venezuela en la que el día a día pasaba entre los frecuentes cortes de electricidad de "hasta dos días", la falta de leche materna o de pañales: "Fue duro".

Con el mismo carácter luchador y la esperanza con la que afrontan cada desafío, este matrimonio disfruta ahora de una nueva vida y la seguridad de contar con un sistema educativo "que nada tiene con ver con lo que hay allá" para sus tres hijos. Inconformistas, no pierden la esperanza de lograr convalidar sus títulos para desempeñar en un futuro próximo empleos adaptados a sus respectivas formaciones, eso sí, en la Zamora rural que les brindó la oportunidad.

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