L-EMV/EP, Madrid/Valencia

Es el octavo escritor valenciano que gana el Loewe. La serie de ganadores valencianos del galardón literario la inició Jaime Siles en 1989 con Semáforos, semáforos, y prosiguió con César Simón en 1966, con Templo sin dioses. Con posterioridad ha sido adjudicado a Jenaro Talens, en 1997, con su poemario Viaje al fin de invierno, a Antonio Cabrera en 1999, con el libro En la estación perpetua, a continuación a Vicente Gallego, en 2001, por Santa deriva, y a Carlos Marzal en 2003, con Fuera de mí. También en 2004 el ganador fue un poeta valenciano, Antonio Gracia, con Devastaciones, sueños, pero luego fue declarado «desierto» o anulada la concesión al descubrirse que este poemario había ya obtenido otro premio meses antes e iba a ser editado.

Ayer, tras la entrega de los premios celebrada en el Hotel Palace de Madrid, Jaime Siles, como portavoz del jurado, definió la obra ganadora como un poema «dialógico» que cierra una trilogía que se inició con Verano inglés y continuó con Espejo de gran niebla. Esta obra describe el «vacío existencial» de un hombre cuando descubre que la cultura no puede llenar todas las facetas de su vida. «Es un libro que aporta una nueva vía y que está llamado a fundar una nueva tendencia», agregó.

Siles resaltó la calidad de las obras premiadas tras la «travesía del desierto» y «el desengaño amoroso» que sufrió este galardón el año pasado al premiar una obra que ya había sido publicada. «No hay mal que por bien no venga», añadió Siles.

El Premio de Poesía Fundación Loewe premia a una obra inédita de al menos 300 versos y opcionalmente está prevista la concesión de un accésit a un autor de menos de 30 años cuando el premio haya sido otorgado a un poeta de mayor edad. El Premio o Premios son publicados dentro de la colección Visor de Poesía.

La fuente parisina

Guillermo Carnero explicó a los periodistas que Fuente de Medicis surgió tras la depresión que sufrió durante un año y que le llevó indagar entre las relaciones entre belleza y realidad. Partiendo de las imágenes que le sugirió la fuente de Medicis situada en los jardines de Luxemburgo (París) formada por una Galatea desnuda «sucia», «llena de hongos» y «abandonada por la autoridades», Carnero construyó un poema dialogado con esta Galatea de Góngora, que simboliza una mezcla de «belleza y sordidez».

«Pensaba en el sentido de la estética y su relación con la realidad y en cómo se puede fracasar en los dos ámbitos», confesó este autor, para quien la cultura es siempre autobiográfica. «Planteando cómo compensar realidad y belleza descubrí que la única solución era la muerte», apuntó este escritor, que ha dirigido numerosos cursos en la Universidad Menéndez Pelayo, y pronunciado conferencias en las principales universidades españolas, europeas y americanas y ha sido crítico literario en publicaciones como Ínsula, El País, El Cultural de El Mundo o Letras Libres.

Guillermo Carnero, catedrático de Literatura Española en la Universidad de Alicante desde 1986, ha publicado nueve libros de poesía desde 1967. Fue uno de autores incluidos en la antología Nueve novísimos poetas españoles (1970) de José María Castellet y sus poemas han sido traducidos al alemán, búlgaro, checo, francés, holandés, inglés, italiano y valenciano. Es considerado como un especialista en literatura española y comparada del siglo XVIII, del siglo XIX y de la época vanguardista, y ha publicado seis libros sobre los temas de su especialidad.

Choque de generaciones

Por su parte, el poeta Luis Antonio de Villena fue el encargado de destacar las virtudes del texto ganador del Premio a la Creación joven, que obtuvo Joaquín Pérez Azaustre (Córdoba, 1976) con su obra El jersey rojo. De Villena resaltó la madurez de esta obra, que representa el choque dos generaciones: el aprendizaje que tuvo el autor de los novísimos, en el que se incluye la cultura de masas, y en concreto, el homenaje al mundo del cine en la figura de Marlon Brando y el «road movie»; la parte más «experimental» y«narrativa» de este poemario que describe la historia de amor que surge en un viaje y las reflexiones del autor sobre esta experiencia.

Este galardón instituido como estímulo a ala creación poética en lengua castellana fue fallado hoy en el Palace durante una comida a la que asistieron distintas personalidades del mundo de la cultura y de la vida social española como Alvaro de Marichalar; el director de la Real Academia de la Lengua, Víctor García de la Concha, el director de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), José García Velasco, el consejero de Cultura de la CAM, Santiago Fisas; los escritores Fernando Sánchez Dragó y Josefina Aldecoa, o el poeta Félix Grande, último Premio ncaional de Poesía 2004.

El jurado tuvo a Carlos Bousoño como presidente de honor y formaron parte de él los escritores Luis María Anson, Francisco Brines, José Manuel Caballero Bonald, Víctor García de la Concha, Clara Janés, Jaime Siles y Luis Antonio de Villena.