OTR Press, Los Ángeles

Después de ser ingresada tras una pelea con su ex marido, Kevin Federline, la cantante Britney Spears abandonó ayer el hospital de los Ángeles en que se encontraba. Para evitar el asedio de los periodistas, testigos de la caída de la otrora princesa del pop, abandonó el centro por un túnel subterráneo, acompañada del doctor Phil McGraw, psiquiatra conocido por sus apariciones en televisión. Por lo pronto, y como consecuencia de estos incidentes, ya ha perdido nuevamente el derecho de visitar a sus hijos, mientras algunas fuentes apuntan al clonbuterol como la droga bajo cuyo efecto ingresó en el hospital y otras incluso hablan de posesión de armas durante su ya famosa pelea con Federline.

Que 2007 fue un mal año para la intérprete de Toxic no es ninguna novedad, pero lejos de hacer propósitos de cambio para 2008, parece que este año comienza sin muchas mejoras en la vida de Britney Spears, con un primer escándalo en la primera semana. La noche del jueves fue ingresada en el centro Cedars-Sinai de Los Ángeles, después de haber discutido con su ex pareja, Kevin Federline, por la custodia de los hijos, y encontrarse bajo los efectos de alguna sustancia.

La cantante había sido internada bajo la cláusula "5150", es decir, a causa de representar un peligro para otros o para sí misma o por estar gravemente incapacitada como resultado de un desorden mental.