Ricos más ricos, pobres más pobres. Ese es el triste panorama del reparto de la riqueza en el mundo. El 1 % más rico de la población mundial tendrá más dinero que el 99% restante en 2016, según un informe de Intermón Oxfam presentado en el pasado Foro Económico Mundial de Davos.

Según la ONGD esa es la fotografía «de recortes presupuestarios, gobiernos que cuelgan el cartel de ´no hay dinero´? y cada vez mayor desigualdad económica». La organización se pregunta si esta situación es evitable y se contesta rápidamente. «En absoluto. La desigualdad extrema es evitable. Es una cuestión de prioridades y de voluntad política».

La desigualdad sigue aumentando de forma imparable. Intermón Oxfam la cuantifica en cifras. «Hablamos de 70 millones de personas frente a 7.000 millones. Las 80 personas más ricas del mundo poseen tanta riqueza como los 3.500 millones de personas más pobres. Ya no es posible que este aumento espectacular de la desigualdad pase desapercibido e importantes políticos, como Barak Obama o Christine Lagarde, lo han incorporado a sus discursos. Pero hablar de ello no es suficiente. Ha llegado el momento de que nuestros líderes se enfrenten a los intereses de unos pocos que impiden lograr un mundo más justo y próspero».

En 2016, el 1 % más rico de la población podría concentrar más riqueza que el resto de la población mundial, como denuncia la ONGD en su informe Riqueza: tenerlo todo y querer más. «En un mundo en el que una de cada nueve personas carece de alimentos suficientes para comer y más de mil millones de personas aún viven con menos de 1,25 dólares al día, la desigualdad ya no es un tema que perjudique sólo a los más pobres, sino que está dañando el crecimiento económico de toda la sociedad». España no sale mejor parada. La desigualdad también se ha disparado en el último año.

«El 1% más rico de la población española concentra más riqueza que el 70% más pobre, lo que nos convierte en el segundo país más desigual de Europa, por detrás de Letonia. Somos también el país en el que el sistema fiscal es menos efectivo en la reducción de la desigualdad», señala Intermón Oxfam.