El triatleta valenciano Héctor Catalá no podrá estar en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro en el verano de 2016. «Puedo cabrearme con el mundo o entrenar más y pensar en Tokio 2020», explica Catalá. El deportista, natural de Serra, cree que la decisión del Comité Paralímpico Internacional (CPI) de dejar sin Juegos a dos de las cinco categorías que pueden participar en el triatlón paralímpico «es injusta e ilógica».

El CPI tenía que elegir de cara al evento olímpico de Río, tres de las cinco clases distintas que existen hasta el momento -divididas según el tipo y grado de discapacidad- y dejó fuera a la categoría PT5 -discapacitados visuales- que es en la que compite Héctor, por lo que se pospone su sueño hasta Tokio 2020, un evento en el que confía estar: «Me han asegurado que en Tokio sí que competirán todas las categorías. Mi idea es estar allí».

El deporte como gran apoyo

Héctor, nacido en 1988, sufre la Enfermedad de Best, una dolencia que ha degenerado su vista desde bien pequeño, aunque la situación se agravó cuando empezó su etapa universitaria.

Desde que era un crío ha vivido con el deporte y en él se ha apoyado siempre para superar las adversidades. Confiesa que le costó acudir a la ONCE para pedir ayuda de cara a seguir corriendo triatlones. Su ojo izquierdo siempre ha sido nulo y en la actualidad «el derecho no llega a un 10% de visión». Vive y trabaja en Almussafes, es ingeniero de procesos en una empresa industrial. Por las mañanas toca trabajar y desde que termina su faena se dedica al deporte. Entre semana, con la ayuda de diversos compañeros, suele correr, realizar ejercicios de gimnasio o natación, generalmente en el club de Benifaió en el que entrena. Los fines de semana se desplaza a Serra, donde junto a su guía y amigo Roberto Bravo realiza más entrenamientos -incluyendo el tándem en bicicleta- y participa en las diferentes competiciones autonómicas y nacionales -duatlón, natación o «running»-, con las que empieza a llenar sus vitrinas de trofeos -es campeón autonómico de triatlón y también es campeón de duatlón-.

«Sigo trabajando como ingeniero, pero el deporte ha tomado un papel fundamental en mi vida. Entrenamientos, descanso y alimentación, me lo tomo como un trabajo más y con la seriedad y dedicación que ello conlleva», confiesa Héctor en su propio blog. Asegura que descansa muy poco: «algún día voy al fisio, eso que se conoce como entrenamiento invisible, pero suelo entrenar todos los días».