­La tierra se abrió y enterró el pueblo de Haku, en Nepal. Entero. A Edyta Stepczak „periodista polaca que coordina el proyecto europeo «Healing Haku», para reconstruir este municipio„ el terremoto de 2015 le pilló allí mismo, en Nepal. Si habla de ello se emociona. Demasiada miseria. Imposible olvidar. Pero esta joven es guerrera y se le puso entre ceja y ceja reconstruir la localidad y ofrecer un futuro a los 3.200 habitantes que se quedaron sin nada y dependen sí o sí de una ayuda internacional con demasiados frentes abiertos en el mundo. Así que, como la ayuda escasea, el proyecto de Edyta es sencillo: Proporcionarles a los nepalíes las herramientas necesarias para que puedan funcionar por sí mismos, para que sean autosuficientes y dejen de depender, poco a poco, de una ayuda internacional que cada vez es menor.

El proyecto «Healing Haku» tiene varios objetivos en marcha, una manera de funcionar diferente a la de otras ONG y una fiel colaboración del Centro Integral de Montaña (CIM) de Valencia. Es más, desde el centro valenciano ya han destinado 264 euros a la compra de 15 duchas portátiles que se llevaron directamente a los campamentos de Haku y se han transferido 5.300 euros que se han empleado en simientes y cultivos. Ahora también están en marcha una serie de talleres (para aprender a tratar la madera, el bambú, enseñarles costura...) con el único fin de que, antes o después, sean autosuficientes. «No se trata de que los nepalíes vivan de la ayuda internacional, porque ésta es cada vez más escasa. Una fuente de ingresos importante era el turismo y la otra, la agricultura. Y se quedaron sin nada. Por eso, el dinero recogido por el CIM de Valencia se empleó en simientes y los cultivos están funcionando. Los talleres también, pero necesitan de colaboradores y de material», explica Edyta. Y es que poco a poco avanzan, pero no es suficiente.

La educación es otro pilar básico que, en Haku, hace agua ya que la población vive en campos de refugiados y los pequeños se ven obligados a caminar cuatro horas para ir a la escuela. El proyecto «Healing Haku» construyó una escuela que, al ser de los pocos edificios en pie, se utiliza «un poco para todo». Por eso, este año están construyendo un segundo colegio que sí o sí sea para los pequeños, de forma que en el primero ya construido se queden los huérfanos que se quedaron solos tras el terremoto.

Ahora bien, con escuelas o sin ellas lo que la población necesita son profesores. Toda ayuda es poca. Por ello, el CIM recauda ahora fondos para sufragar el sueldo de los profesores. «No podemos apadrinar niños. Son demasiados. ¿Cómo hacemos la selección? ¿Tú sí y tú no? Preferimos apadrinar al profesor, darle a él una oportunidad de vida para que ayude a los niños porque el futuro está en ellos», explica Edyta. Desde el CIM, Amparo Ten y José Tudela, asienten. Están más que involucrados con la causa. «Hacemos lo que podemos y confiamos en el proyecto porque el dinero se gestiona de forma directa y nos informan de los resultados», explican.

Así que en esas están. El CIM organiza el próximo sábado 10 de septiembre un mercadillo solidario en la Ciudad Fallera para recaudar fondos por una causa que les conmovió desde el primer día.