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La afición por las apuestas en internet ha sido la perdición del contable de una fábrica de materiales para la construcción de Benigànim. El empleado, de 25 años de edad, había estado utilizando presuntamente dinero de la compañía para realizar elevadas apuestas en distintos portales electrónicos. Las primeras investigaciones cifran la estafa en unos 150.000 euros, aunque la cantidad puede ser mayor después de la auditoría encargada por el juzgado de Ontinyent que está investigando el caso.

El supuesto estafador, que fue detenido por la Guardia Civil de Benigànim tras ser denunciado por su empresa, habría llegado a apostar entre 2.000 y 3.000 euros diarios en los momentos de mayor facturación de la empresa, han revelado fuentes de la investigación, que han destacado la "frialdad" con la que el contable afrontó su arresto.

El desfalco fue detectado de manera casual por uno de sus compañeros de la oficina. Según fuentes de la investigación, para obtener el dinero y no levantar sospechas el contable cargaba presuntamente el pago de una misma factura a dos cuentas corrientes distintas; uno de los cheques bancarios lo entregaba al proveedor y el otro se lo quedaba. La anotación en los libros era correcta, pero se había hecho por duplicado, explican.

El supuesto estafador, diplomado en Empresariales, siempre ingresaba en su cuenta o cobraba en metálico los talones en sucursales bancarias de fuera de Benigànim, para no levantar sospechas. Las apuestas las realizaba, al parecer, a través de una tarjeta de crédito de su propiedad, con lo que se le ha podido seguir la pista, al menos, en una entidad bancaria y no se descarta que la investigación se amplíe a otras. Su página preferida era una especializada en competiciones deportivas, aunque con servicios de casino y de juegos de azar. Después de realizar las apuestas, reingresaba la cantidad sustraída, eliminaba la anotación y se quedaba con las ganancias.

Gracias a los beneficios obtenidos, el empleado -íntimo amigo del hijo de uno de los tres socios de la empresa- se podía permitir una vida por encima de sus posibilidades: "La novia había comentado que se había gastado 1.600 euros en un fin de semana en un hotel de lujo y que la invitaba a cenar en restaurantes caros", comentan personas próximas a la familia.

Pero un día la suerte le dio la espalda y no pudo reingresar el dinero de forma regular. Además, los ingresos de la empresa disminuyeron por las crisis del sector y el estafador empezó a cometer errores, apuntan. El tinglado financiero que había levantado sin levantar sospechas se desmoronó. Días después de ser descubierto, el estafador le dijo a uno de los tres socios que forman la empresa que "si me dáis algo de tiempo, igual cambia la suerte y os lo devuelvo todo", ha comentado uno de los estafados.

Ahora, la familia del contable está intentando recabar el dinero para devolverlo y aminorar la posible pena por un delito continuado de estafa.