Un menor de 13 años fue encontrado por una patrulla de la policía nacional ayer de madrugada deambulando por las calles de Valencia. Cuando los agentes intentaban localizar a sus padres, el niño se echó a llorar y confesó que no quería regresar a su casa porque sufre malos tratos. A tenor de las graves acusaciones del menor y tras apreciar que presentaba pequeñas heridas, la policía tomó declaración a la madre en calidad de detenida.

Por el momento, el niño ha ingresado en un centro de menores mientras dure la investigación del caso. Asimismo, la madre fue interrogada y puesta en libertad, acusada de un delito de violencia en el ámbito familiar.

La policía localizó al citado menor, vestido de uniforme y mochila al hombro, caminando solo por la avenida Peris y Valero de Valencia en torno a las 3.30 horas de ayer. A los agentes les extrañó que un niño de corta edad deambulara por la calle a esas horas de la noche y se acercaron para interesarse por su situación.

Después de escuchar algunas argumentaciones sin sentido dadas por el menor, como que estaba buscando una biblioteca, los policías intentaron sonsacarle la ubicación de su domicilio. Sin embargo, los agentes comprobaron que el chico les había dado una dirección falsa.

Tras varias indagaciones, la policía comprobó que la tarde anterior habían denunciado la desaparición de un menor de edad en Torrent. Al cotejar la descripción del desaparecido con la de este niño, certificaron que se trataba de la misma persona.

Cuando los agentes informaron al menor de que ya habían localizado a sus padres y que su madre estaba de camino, el niño rompió a llorar y les explicó que no quería regresar a casa porque le iban a pegar. Asimismo, el niño confesó que sufre malos tratos desde los cuatro años. De hecho, mostró a los agentes una herida en la muñeca, que según éste, se la había causado su madre de un "reglazo", y otra herida en la oreja. En este caso el menor explicó que se la habían provocado golpeándole con el cable y la clavija de una plancha.

Lo que a priori parecía una simple fuga de casa de un menor adquiría tintes muy distintos. Así, mientras una patrulla acompañaba al menor a un centro de salud, donde le realizarían una exploración médica, otros agentes interrogaban a la madre, en calidad de detenida, por los presuntos malos tratos.

La mujer negó que maltratara a su hijo y alegó que no es la primer vez que se marcha de casa. La mujer tiene bajo su cuidado a otro hijo, de tan sólo ocho meses. Si quedan probados los malos tratos los servicios sociales se harían cargo del bebé.