Un hombre ha aceptado hoy una pena de doce años de prisión por matar a su casero a puñaladas el 28 octubre de 2007 en un edificio de la calle Garrigues de Valencia, mientras que su compañera ha aceptado dos años y siete meses de condena por encubrir el homicidio.

Los acusados, J.M.L.H. de 22 años, y L.N.B. de 54, ambos de nacionalidad francesa y detenidos casi un mes después del crimen en Laussane (Suiza), han reconocido los hechos ante un tribunal popular de la Audiencia de Valencia y han aceptado las penas propuestas por la acusación.

El cadáver de la víctima, de 50 unos años, fue encontrado el 8 de noviembre del citado año envuelto en plásticos y con 45 heridas de arma blanca en el cuello, el tórax y el abdomen.

Las pesquisas sobre este caso comenzaron con el hallazgo del cadáver en un domicilio de Valencia cuyas habitaciones se encontraban realquiladas, por lo que lo primero que hicieron los agentes fue interrogar a los restantes inquilinos.

De este modo, los investigadores averiguaron que en una de las habitaciones vivían realquilados dos ciudadanos franceses, un hombre y una mujer, que habían abandonado el piso de forma precipitada.

Otro inquilino que pernoctaba en la misma habitación que el fallecido manifestó también que, el pasado 27 de octubre, estuvo viendo la televisión con él y con los dos franceses y después se fue a dormir y desde entonces no volvió a ver a la víctima.

Además, en la inspección ocular que realizó la Policía Científica en la habitación de los franceses se encontraron restos de sangre ocultos por una alfombra que estaba bajo una mesa.

Tras varias gestiones más, la Policía localizó a una persona que aseguró que la acusada le visitó y le reveló que su compañero había matado a un hombre y necesitaba su ayuda para ocultar el cuerpo.

Días después, esta persona recibió la llamada de la mujer y le dijo que se encontraba en Suiza, lo que permitió a los investigadores localizarla a ella, tras averiguar su lugar de trabajo, y al presunto autor del homicidio.